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Los paneles solares de primera generación están hechos de silicio, los de segunda generación con cloruro de cadmio, que es una película muy fina y sensible a la luz que puede colocarse en ventanas e incluso superficies flexibles. El proceso para elaborar una célula solar de este tipo se llama activación y consta de un tratamiento con cloruro de cadmio. Esto hace que la eficiencia de la célula aumente de un 10% a 20 % del 1% o 2% que generalmente se tiene.
Aunque la eficiencia incrementa en gran medida, el cloruro de cadmio es altamente tóxico. Puede causar cáncer de pecho, enfermedades cardiovasculares o alteraciones genéticas. Si el cloruro de cadmio llega a colarse en el ciclo del agua, la fauna estaría contaminada durante generaciones. Por si la toxicidad no fuera poca, su costo es muy elevado pues cuesta unos 0,3 dólares por gramo y lo que termina de encarecerlo es el manejo adecuado de estos residuos, por esto científicos del Instituto Stephenson de Energías Renovables de la Universidad de Liverpool se dieron a la tarea de encontrar una alternativa.
La opción más viable y ecológica era encontrar un compuesto menos tóxico que el cloruro de cadmio pero con la misma eficiencia. Una opción de cloruro no tóxico que todos conocemos es el de sodio, es decir, la sal con la que preparamos los alimentos, pero su eficiencia no es suficiente.
Cuando las células solares se empezaron a tratar con cloruro de magnesio, la eficiencia era la misma, fue sorprendente que este compuesto que se obtiene fácilmente a partir de agua de mar fuera tan eficiente.
El cloruro de magnesio tiene aplicaciones como suplemento mineral, como sales de baño, incluso se emplea como coagulante en la elaboración de tofu. Es tan noble que hasta se puede comer y su precio es 300 veces más barato que el cloruro de cadmio.
Hay quien piensa que el avance no es tan revolucionario y que no impactaría demasiado en el costo de producción de estas células solares, sin embargo hay una ventaja que nadie puede negar y es que es por mucho, más amigable con el medio ambiente.
Este texto apareció originalmente en VeoVerde, puedes encontrar el original aquí.
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