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Por más que existan campañas para que los fumadores no boten sus colillas al piso, estos las siguen tirando en cualquier parte, independiente si es un parque, playa, etcétera. En Reino Unido, una forma de afrontar este problema es darle un giro totalmente sustentable. Se estima que en ese país hay al menos 10 millones de personas que mantienen este hábito.
Para resolver el problema de la contaminación que se genera en las calles, parques y playas, el proyecto Cigg Seeds ha desarrollado filtros con materiales biodegradables y semillas incorporadas para que una flor nazca cada vez que una colilla termine en el suelo en menos de un mes.
Otra iniciativa es GreenButts, la cual asegura que la solución para la producción de colillas es usar materiales 100% naturales como el algodón, el lino y el cáñamo, nada artificial. Mientras una colilla estándar de mono acetato demora en degradarse 15 años, las colillas “verdes” se degradan por completo en pocos días.
Este producto continúa desarrollándose y ya están contactando a diferentes tabacaleras para lanzar el producto a mediados de 2015. Si el resultado es tan bueno como lo plantean, esta idea podría extenderse a distintos mercados del mundo.
Este texto apareció originalmente en VeoVerde, puedes encontrar el original aquí.
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