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El carbón activado es un material apto para encontrar contaminantes orgánicos e inorgánicos presentes en agua, combustibles y aire. Este progreso que fue descubierto en desechos de maguey de la industria mezcalera potosina, puede comercializarse en bonos de carbono y favorecer a la protección del medio ambiente.
El doctor José René Rangel Méndez, investigador del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica, AC (Ipicyt) en México, explicó que el análisis comenzó en el año 2009 con la recolección de muestras de bagazo de maguey verde o agave salmiana usado en las mezcaleras de la región.
“Seguidamente lo carbonizamos y activamos en un solo paso, lo mezclamos con cloruro de zinc y ácido fosfórico a una temperatura mayor de 300 grados centígrados y lo procesamos para obtener el carbón activado”, precisó.
En su estimación los científicos calcularon que la producción de mezcal en el país desecha más de 17 mil toneladas de bagazo en base seca al año, que de ser aprovechadas podrían obtenerse más de ocho mil toneladas de carbón activado.
“Esto es fundamental, ya que si se quemaran estas ocho mil toneladas, se estarían arrojando al medio ambiente más de 28 mil toneladas de dióxido de carbono (CO2), esto es dañino porque este gas contribuye en gran medida al efecto invernadero”, agregó Rangel Méndez.
Compuesto principalmente de átomos de carbono, un gramo de carbón activado cabe en la palma de la mano de una persona. Es enérgicamente poroso y su química superficial hace posible eliminar contaminantes alojados en agua líquida o gaseosa.
“Demostramos que el carbón activado puede comercializarse a través de bonos de carbono, o sea incentivos económicos entregados a empresas que reducen emisiones de gases de efecto invernadero en la lucha contra el cambio climático. Estos bonos podrían redituar aproximadamente 15 dólares norteamericanos por tonelada métrica de CO2, dependiendo el país”, subrayó.
Para concluir la descripción de la innovadora investigación, el académico responsable de la investigación e integrante de la División de Ciencias Ambientales del Ipicyt agregó:
“La obtención de un producto con valor añadido a partir del bagazo de agave, residuo que contiene alrededor de un 45% de carbono, contribuye a reducir la contaminación del medio ambiente a causa del CO2, en lugar de quemarlo y convertirlo en gas contaminante, en menos de dos horas creamos el carbón activado que ayuda a mitigar el cambio climático”.
Este texto apareció originalmente en Teorema, puedes encontrar el original aquí.
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