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El Banco Mundial ha hecho un “cambio fundamental” en su papel para aliviar la pobreza global, reorientando sus esfuerzos de financiamiento para enfrentar el cambio climático.
El mayor proveedor mundial de financiamiento público a los países en desarrollo dijo que destinaría el 28% de sus inversiones directamente en proyectos relacionados al cambio climático y que todo su gasto futuro tendría en cuenta el calentamiento global.
En la histórica conferencia del año pasado sobre el cambio climático en París, el Banco Mundial y otros bancos de desarrollo se convirtieron en los pilares de la asistencia financiera al “mundo pobre”, para permitirles a los países reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los efectos del calentamiento global.
“Después del Acuerdo Climático de París, debemos tomar medidas audaces para proteger nuestro planeta para las generaciones futuras”, dijo Jim Yong Kim, presidente del Grupo del Banco Mundial. “Nos estamos moviendo con urgencia para ayudar a los países a hacer grandes transiciones para aumentar las fuentes de energía renovable, disminuir las fuentes de energía de alto carbono, desarrollar sistemas de transporte ecológico y construir ciudades sostenibles y habitables para las poblaciones urbanas en crecimiento. Los países en vías de desarrollo quieren nuestra ayuda para implementar sus planes climáticos nacionales y haremos todo lo posible para ayudarlos”.
Al menos $16,000 mil millones al año, de todo el grupo del Banco Mundial, que incluye otras instituciones de desarrollo y financieras, se dirigirán a proyectos de cambio climático, incluyendo energía renovable y eficiencia energética. El grupo buscará movilizar $13,000 mil millones en fondos adicionales del sector privado en un plazo de cuatro años, por ejemplo mediante programas de financiación conjunta. Para 2020, estos esfuerzos deberían ascender a unos $29,000 mil millones al año, casi un tercio de los $100,000 mil millones anuales prometidos por los países ricos a los pobres como parte de los acuerdos mundiales sobre cambio climático.
Como parte de la nueva estrategia de la institución, se ayudará a financiar la construcción de suficiente energía renovable para alimentar 150 millones de hogares en los países en desarrollo y para crear sistemas de alerta temprana de desastres relacionados con el clima para 100 millones de personas.
El banco también se centrará en los sistemas agrícolas “inteligentes” que utilizan menos agua y energía y mantienen la fertilidad del suelo. Ayudarán a los países a desarrollar su infraestructura de transporte e infraestructura urbana para producir menos carbono. Todos los proyectos considerados para financiamiento, incluyendo salud, educación y otras prioridades de desarrollo, serán evaluados por su vulnerabilidad a los impactos del cambio climático.
Este texto apareció originalmente en The Guardian, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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