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Una nueva legislación aprobada este año por la Oficina de Supervisores de San Francisco, California, obliga a que cualquier edificio nuevo de diez pisos o menos, ya sean residenciales o comerciales, deben incluir energía solar fotovoltaica. No menos del 15% de la azotea de las nuevas construcciones debe estar cubierto por celdas fotovoltaicas, además deben estar despejadas de cualquier obstrucción o sombra que pueda entorpecer su funcionamiento.
Todo edificio que inició su construcción desde junio de 2016 deberá cumplir esta regulación, por lo que los contratistas deben ajustar sus proyectos para colaborar con la reducción en el consumo de electricidad convencional alimentada por tendido eléctrico.
San Francisco tiene una población de 837,442 habitantes, según el último censo de 2013. El consumo de energía eléctrica en ese año también se reportó por encima de los 5832 millones de kilovatio/horas. Si toda la ciudad sustituyera el 15% de su consumo eléctrico por energía solar, la reducción sería de casi 874.8 millones de kilovatio/horas.
Para el año 2020, la ciudad deberá obtener el 33% de su energía de fuentes limpias y renovables. Actualmente, el 44% de la electricidad es generada a partir de gas natural, 9.2% de plantas nucleares, 8.2% de energía eólica, y solamente el 6% es solar. A pesar de los bajos números en fuentes limpias, California lidera en Estados Unidos en la generación de energía eléctrica renovable.
Este texto apareció originalmente en VeoVerde, puedes leer el original aquí.
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