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Dará inicio una nueva edición de nuestra serie dedicada al Arte para el Clima #Art4Climate, una iniciativa conjunta de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y la organización Julie’s Bicycle que muestra las obras de artistas que buscan hacer del cambio climático un asunto más accesible y fácil de entender.
Cada primavera y durante dos meses, los humedales de Cheng Long, en Taiwán, provincia de China, acogen instalaciones artísticas hechas exclusivamente de materiales naturales, como bambú y conchas, para generar conciencia sobre temas medioambientales como el cambio climático. El paso de los días y los fenómenos naturales deterioran estas instalaciones que vuelven a ser reconstruidas a la primavera siguiente como un símbolo del ciclo de la naturaleza.
El Proyecto de arte ambiental internacional de los humedales de Cheng-Long Wetlands comenzó en 2010 y la próxima sesión tiene lugar este mes. Esta iniciativa ha contribuido a la educación ambiental de muchos niños y habitantes de Cheng Long, en el condado rural de Yunlin, en la centro de la isla.
Durante 25 días, artistas internacionales y locales permanecen en la zona y trabajan con niños de la escuela primaria para diseñar y realizar esculturas utilizando materiales de origen local como cañas, trozos de madera, bambú y conchas.
El proyecto busca ayudar a las comunidades a hacer frente a los impactos del cambio climático, que llevan sintiéndose en Cheng Long más de 25 años, y que perjudican la economía local. La subida del nivel de las aguas y la invasión del agua salada hace imposible la agricultura. Los antiguos campos de arroz se han transformado en zonas de piscicultura y se ha creado una reserva natural. Jane Ingram Allen, curadora y directora del proyecto, explica cómo el clima se ha vuelto más extremo, con tifones más frecuentes y fuertes y con abundantes lluvias que se alternan con períodos de sequía.
FOMENTAR LA PROTECCIÓN DE LA NATURALEZA
Esta iniciativa artística ha traído numerosos beneficios a la comunidad. Ha permitido a los residentes mostrar su pueblo a los visitantes y conocer a personas de otras regiones y países. Esto ayuda a que la comunidad se sienta orgullosa de los humedales y los vea no tanto como un factor de riesgo sino como un activo.
“El proyecto artístico atrae la atención sobre la situación de esta zona y da algunas ideas sobre cómo vivir con los humedales que han tomado las antiguas tierras de labranza, construyendo casas sobre pilotes o plataformas flotantes, plantando especies que toleren las aguas salinas y fomentando el turismo para que los visitantes vean la belleza de los humedales y aprendan sobre todas las aves y otros animales que allí han hecho su hogar”, dice Jane Allen.
Aún se pueden apreciar obras de arte de otras temporadas como las impresionantes estructuras que emergen de los humedales.
En 2015, el artista Roger Rigorth (Alemania/Suiza) utilizó bambúes y cuerdas de pita para construir estructuras flexibles parecidas a botellas. La idea era crear vasijas simbólicas para contener el agua, o el alma espiritual del agua. Estas estructuras recuerdan corazones de frutas.
“El corazón es lo que queda de una manzana cuando te la comes, pero aún contiene las semillas que son lo más importante. La manzana es el símbolo del planeta. Muchas personas piensan que aún tenemos toda la manzana, pero a mí me parece que no nos queda mucho más que el corazón”, dijo Rigorth.
Este año, el artista escocés Rob Mulholland utilizará bambú para crear una escultura con forma cúbica cuyo centro parece desintegrarse. Titulado “Delicate Balance”, la obra representa el constante cambio en la relación entre las personas y el medio ambiente.
Con el lema “Actúa, vive con el cambio”, el evento artístico de este año tiene lugar del 13 de abril al 8 de mayo y tiene como objetivo sensibilizar al público sobre el cambio climático y mostrar cómo las personas pueden actuar y no sólo aceptar pasivamente lo que está pasando.
Aunque las obras de arte son efímeras y biodegradables, Allen siente que ya están teniendo un impacto, y que este impacto será duradero e inspirador para las personas que vienen a ver el proyecto. “Ahora veo muchas más plantas vivas y huertos alrededor de las casas del pueblo, y las cosas en general se ven mucho mejor”, dice.
Según Allen, la importancia del arte en la lucha contra el cambio climático reside principalmente en que puede atraer la atención de las personas sobre este problema para comenzar a pensar en las soluciones.
“Por lo general, las obras de arte no resuelven los problemas, ni implican cambios concretos, pero pueden cambiar las mentalidades y abrir a más personas el diálogo sobre temas ambientales”, dice. “Los humedales son parte vitale del medio ambiente y el Acuerdo de París sobre el de cambio climático es un gran paso para comenzar a hacer cambios concretos y positivos, también para los humedales”, añade.
El Proyecto de arte ambiental internacional de los humedales de Cheng-Long forma parte del programa de educación ambiental de la Fundación de Educación Kuan Shu que promueve la educación ambiental.
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