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“La Marcha por la Ciencia es el primer paso de un movimiento global para defender el papel vital que desempeña la ciencia en nuestra salud, seguridad, economías y gobiernos. Es hora de salir al campo y marcar la diferencia”.
Así anuncian en su web los organizadores de la March for Science lo que les mueve a movilizarse a favor de la ciencia, una iniciativa que cuenta con el apoyo de numerosas organizaciones científicas, como la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAS) y la Unión Americana de Geofísica.
Poco después de la toma de posesión de Trump, y de sus primeras decisiones, como los anunciados recortes en investigación o la postura del presidente ante el cambio climático, la comunidad científica en EE UU comenzó a organizarse para celebrar una manifestación similar a la Marcha de las Mujeres celebrada en Washington DC el pasado mes de enero.
En ese mismo escenario y coincidiendo con el Día de la Tierra, los científicos celebrarán ahora la marcha por la ciencia. Los organizadores se definen en su página web como un grupo diverso, apolítico, que cree en el bien común y que surge ante una “tendencia alarmante de desacreditar el consenso científico y restringir sus avances”.
“La Marcha por la Ciencia es una llamada a la acción sin precedentes para todos aquellos que saben que la investigación es esencial para la salud pública, seguridad y economía global y el sustento de todas las comunidades alrededor del mundo”, explica Christine McEntee, una de las organizadoras.
El objetivo, según sus responsables, es que las protestas tengan impacto en la clase política independientemente de su ideología: “Las políticas anticiencia se han llevado a cabo por políticos de ambos lados y dañan a todo el mundo, sin excepción. La ciencia no debe servir a ningún interés especial o a convicciones personales”.
También se muestran a favor de la diversidad en un claro alegato en contra de los vetos migratorios y los prejuicios por raza o condición sexual: “Los científicos y todos aquellos que se preocupan por la ciencia son un grupo que incluye personas de distintas razas, orientación sexuales, identidad de género, religión, clase social y económica y estatus migratorio”, subrayan.
La gran marcha en Washington estará respaldada por otras en diversas ciudades de EE UU y otros países. Personas de todo el mundo se han sumado a la causa organizando marchas satélites con el mismo objetivo de defender la ciencia y la investigación.
Londres, París, Sídney, Ciudad del Cabo o Tokio son algunas de las capitales donde los científicos locales se unirán a estas protestas. En España están convocadas marchas en Madrid, Barcelona, Sevilla, Girona y Granada.
“Defender la ciencia, la innovación y el descubrimiento es una obligación para todas las comunidades en el mundo”, apunta Claudio Paganini, organizador de la marcha en Berlín, quien subraya: “Estamos orgullosos de unirnos a las protestas del 22 abril para decir con una sola voz, global y unida, que la ciencia es esencial para nuestro futuro”.
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