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Transport for London (TfL), la agencia encargada del transporte público de la capital de Inglaterra, gastó 18 millones de libras esterlinas en la modernización de las redes eléctricas de la capital para cargar la primera generación de taxis negros alimentados por baterías.
A partir del 1 de enero de 2018, por ley todas las nuevas cabinas negras tendrán que ser modelos eléctricos impulsados por batería como parte del esfuerzo de TfL de reducir la contaminación tóxica de los motores diesel.
El dinero ganado por los taxis pagará por refuerzos a la red para permitir que compañías de energía instalen 300 estaciones de recarga de vehículos eléctricos rápidos para 2020. Estos nuevos puntos de carga pueden recargar la batería de un automóvil en cuestión de minutos, en lugar de las horas que tardan los miles de vehículos eléctricos convencionales de la ciudad.
Se espera que los primeros 75 cargadores rápidos estén en funcionamiento para finales de este año. Mientras que algunos de los sitios serán exclusivamente para los taxis negros, la red también estará abierta al creciente número de propietarios de Teslas, Nissan Leafs y BMWs eléctricos en Londres.
Ben Plowden, director de estrategia de superficie y planificación de TfL, dijo: “Una extensa y rápida red de recarga es fundamental para ayudar a los conductores a pasar de los combustibles fósiles al eléctrico”.
El costo de instalar los cargadores recaerá sobre las empresas que ganaron una licitación en TfL: Centrica, Bluepoint London, Chargemaster, la Junta de Suministro de Electricidad de Irlanda y Fastned de los Países Bajos.
Los precios no han sido anunciados, pero se cree que la principal red en la capital –“Source London”- costaría a un “conductor Leaf” £ 10.80 para cargar completamente su auto, más una cuota mensual de £4. TfL dijo que el costo para los conductores se limitaría a los dos primeros años.
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