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Continuar quemando combustibles fósiles a la velocidad en que lo hacemos podría llevar el dióxido de carbono atmosférico a su concentración más alta en 50 millones de años, saltando de alrededor de 400 partes por millón (ppm) a más de 900 partes por millón (ppm) a finales de este siglo, advierte el nuevo estudio de Nature Communications.
Y si las emisiones de gases de efecto invernadero continúan sin disminuir más allá de ese punto, el clima podría alcanzar un estado de calentamiento que no se ha visto en los últimos 420 millones de años.
Algunas investigaciones sugieren que si los seres humanos consumen todos los combustibles fósiles de la Tierra, las concentraciones atmosféricas de dióxido de carbono podrían llegar a 5,000 partes por millón para el año 2400.
El nuevo estudio habla del poder de la influencia humana sobre el clima. Sugiere que después de millones de años de relativa estabilidad en ausencia de actividad humana, sólo unos cientos de años de emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero están en camino de causar un calentamiento sin precedentes.
Para llegar a estas sombrías conclusiones, que fueron publicadas en la revista Nature Communications, los investigadores construyeron un registro continuo de las concentraciones de dióxido de carbono atmosférico que abarca los últimos 420 millones de años. Ellos crearon el récord compilando más de 1,500 estimados de concentraciones de dióxido de carbono atmosférico tomados de 112 estudios publicados.
Según el autor principal Gavin Foster, profesor de geoquímica de la Universidad de Southampton, estas estimaciones se construyeron principalmente utilizando la composición isotópica de carbono de antiguas muestras de suelo o examinando la abundancia de poros en las hojas de plantas fosilizadas, que son indicadores de cuánto dióxido de carbono había disponible en su momento.
Los hallazgos sugieren que, hasta que los seres humanos comenzaron a quemar combustibles fósiles rápidamente a raíz de la Revolución Industrial, el clima de la Tierra había sido relativamente estable durante millones de años y las concentraciones de dióxido de carbono estaban disminuyendo. Gracias a la emisión humana de gases de efecto invernadero, sin embargo, todo esto está cambiando a un ritmo acelerado.
Las concentraciones actuales de emisiones de CO2 están en su nivel más alto en la historia de la humanidad, actualmente en torno a 400 partes por millón y siguen aumentando. Antes de la Revolución Industrial, las concentraciones de dióxido de carbono se habían establecido en un promedio de alrededor de 280 partes por millón.
El estudio sugiere que los niveles de dióxido de carbono podrían superar las 2,000 partes por millón en el año 2250, niveles que se vieron por última vez hace unos 200 millones de años. Pero gracias a la influencia combinada de un sol más caliente, el calentamiento resultante del planeta probablemente será mayor que en casi cualquier punto en los últimos 420 millones de años.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático ha presentado estimaciones de cuánto se podría calentar la Tierra bajo la premisa que el consumo se mantenga al mismo ritmo que el actual. Sugieren que para el año 2300, la Tierra podría calentarse casi 9 grados Celsius. Pero hay muchos factores que podrían afectar las tendencias de la temperatura a largo plazo que siguen siendo inciertas, sugirió Foster, como los cambios en la vegetación terrestre o la cantidad de dióxido de carbono en el océano.
Como resultado, dijo, el calentamiento a largo plazo podría llegar a ser aún más intenso de lo que estimamos ahora.
Este nuevo estudio ayuda a abordar una especie de paradoja en la historia del clima de la Tierra. Basados en nuestro conocimiento de cómo las estrellas generan energía, los científicos saben que el sol habría sido mucho más débil hace millones de años. Con el tiempo, su intensidad ha aumentado, y probablemente seguirá haciéndolo durante millones o incluso miles de millones de años.
Este texto apareció originalmente en el Washington Post, puedes leer el original en inglés aquí.
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