Suscríbete
“Siempre me han interesado la tecnología y la lucha por la naturaleza, pero esta segunda carrera de activista medioambiental no fue una elección”, Al Gore.
El ex vicepresidente estadounidense presentó en el Festival de Cannes “Una verdad muy incómoda: ahora o nunca”, filme con el que vuelve una década después de “Una verdad incómoda”, documental que ganó el Oscar y que llevó su mensaje de advertencia ante el cambio climático por todo el mundo.
En el documental se ve a Gore visitando varios países, comprobando cómo la naturaleza con sus deshielos, inundaciones, supertormentas y sequías ha hecho realidad lo que se anunciaba en “Una verdad incómoda”. También organiza campamentos para formar a gente que propague sus esfuerzos. Finalmente, visita a Donald Trump cuando ya ha sido elegido presidente y las imágenes se tornan premonitoriamente oscuras.
A continuación la entrevista de Grregorio Belinchón de Diario El País a Al Gore:
Pregunta. ¿Es necesario el cine para compartir su mensaje?
Respuesta. Hace 11 años aprendí aquí en Cannes que no hay un medio más poderoso que el cine. Y aún hoy, ver una película en una sala con más gente, los móviles apagados y con toda la atención puesta en la pantalla es una oportunidad única. Más aún cuando tanta posverdad (mentira emotiva) rodea la información del cambio climático. Respeto mucho a los directores de documentales como los míos, que aportan pruebas y datos.
P. ¿Puede recordar alguna película que le impactara tanto como para cambiar su opinión?
R. Sí. Por ejemplo, Food Inc., un documental sobre la industria alimentaria en EE UU. Hay muchas más, he aprendido que a través del entretenimiento llegas lejos. Desde que hice mi primera aparición en Cannes, desde luego presto mucha más atención a los documentales. También estoy más metido en las redes sociales, aunque creo que aún están en una fase embrionaria, que se sofisticarán. Sospecho que tendrán más poder, y que de ahí surgirán políticos que revitalizarán la democracia.
P. Hace diez años decía que si no cambiábamos las políticas alcanzaríamos el punto de no retorno.
R.En los últimos tres años hemos asistido a una reducción de gases en Estados Unidos y China, también en Europa. Eso ha ayudado a aliviar la situación. Pero una década después del estreno de la primera película, que fue también en Cannes, la realidad es inflexible, el peligro nos alcanza.
En cambio, esta segunda parte subraya que tenemos las herramientas para solucionarlo. Nos tenemos que mover deprisa, es tiempo de reaccionar y queremos esperanzar a los espectadores, a la vez que pedirles que presionen a sus gobiernos.
P. Hay una distancia de políticos y gobernantes con la gente de la calle que cada día crece más.
R. Y por ahí se cuelan los populismos. Estamos en Francia donde han parado la ola. En las últimas elecciones en Holanda, Austria y Alemania hemos visto que la gente ha frenado el populismo. En mi país hemos visto en las calles como a cada acción le ha seguido una reacción y un grupo de personas se han organizado en la web como el movimiento Indivisible, que ahora está transformando ayuntamientos, buscando reformas progresistas con una energía que yo no había visto desde, quizá, las protestas contra la guerra de Vietnam.
P. En el filme usted dice que la democracia ha sido secuestrada por las corporaciones. ¿Es mejor tener como apoyo un millón de dólares que un millón de personas?
R. He visto este secuestro como una tragedia. Como político te dicen que tienes que usar las campañas para mendigar dinero y que tu mensaje llegue por televisión. Pero puede que haya salidas, porque en Internet importan más las personas que el dinero. Fíjate en Bernie Sanders: más allá de lo que opine sobre sus propuestas hizo una campaña nacional sin aceptar dinero de grandes empresas. Ese es el principio de la devolución de la democracia a la gente. En mi caso, estoy tranquilo con lo que hice en mi carrera política antes de que me echara el Tribunal Supremo. En mi primera campaña, en 1976, nadie sabía lo que era un recaudador de fondos electorales. En 2000 te rodeaban por todos lados. Y he visto cómo ha crecido el poder del dinero, sobre todo en el Partido Republicano pero también en el Demócrata.
P. En el documental aparece usted entrando en la Torre Trump para charlar con él, ya entonces ganador de las elecciones. ¿Confía en que se cumplan los acuerdos?
R. Muchos de sus pasos políticos han sido desilusionantes. Pero en aquella conversación solo hablamos de medio ambiente y por ahora no ha variado la política nacional. Espero que no nos sorprenda.
P. ¿De verdad confía en la estabilidad de Trump? Leyendo sus declaraciones…
R. Mi conversación con él fue… normal. Desde el respeto mutuo. Hablamos del Acuerdo de París. Entiendo lo que usted me dice, pero me aseguró que nada cambiaría. Como presidente de los EE UU tiene gran poder e influencia y no podrá con la dinámica actual nacida desde la calle. El cambio climático ya no tiene que ver con predicciones científicas: la madre naturaleza nos está enviando un mensaje claro: “¿Quieres pelear conmigo? Mira cómo les respondo”
Suscríbete a nuestro boletín
Lo más importante en tu buzón cada semana