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La granjera Josephine Mbithe solía levantarse tres veces por noche para agregar carbón a su estufa sólo para cuidar que sus pollitos recién nacidos se mantuvieran a una temperatura apropiada. Pero desde que empezó a usar briquetas de combustible hechas con desechos humanos, la estufa arde toda la noche, dejándola dormir en paz.
Mbithe es uno de los muchos residentes de Nakuru que han empezado a utilizar briquetas fabricadas a partir de heces humanas y aserrín recolectados alrededor de la ciudad, al noroeste de Nairobi, en el Gran Valle del Rift.
Antes de que las briquetas lleguen a los hogares pobres de Nakuru, se someten a procesos para asegurarse de que están libres de patógenos dañinos que pueden causar enfermedades y así ser seguros para el uso humano.
Los desperdicios humanos -la principal materia prima para las briquetas- se recogen de las letrinas de pozo y fosas sépticas alrededor de Nakuru y son transportados a una planta de tratamiento de aguas residuales administrada por la Compañía de Servicios de Agua y Saneamiento de Nakuru (NAWASSCO).
En la planta, el lodo es descargado en las camas de secado en un invernadero, y se deja secar durante dos a tres semanas. El calor del invernadero reduce el contenido de humedad de alrededor del 95% a menos del 20%, para prepararlo para la carbonización.
El lodo seco se trata a temperaturas de aproximadamente 700 grados centígrados, con el aserrín acompañante carbonizado a 300 grados celsius. Luego, los materiales carbonizados se trituran en partículas finas usando un molino de martillos, antes de ser mezclados juntos en una proporción igual utilizando equipo motorizado. Además se añade melaza como aglutinante, antes de que la mezcla se transforme en pequeñas bolas redondas en un tambor giratorio.
John Irungu, gerente de NAWASSCO, dijo que las impurezas, los patógenos dañinos y el olor fétido de los desechos se eliminan durante el proceso de carbonización, añadiendo con la melaza un aroma dulce.
Margaret Japaso, residente del barrio de Kaloleni en la ciudad de Nakuru, que utiliza las briquetas, dijo que se queman más tiempo con menos humo en comparación con leña y carbón. Al principio estaba preocupada por el olor, pero sus miedos ya no existen.
Al principio, era difícil convencer a la comunidad local de usar las briquetas debido al tabú asociado con los restos humana, admitió Cees Lafeber, quien trabaja para Vitens Evides International, un operador de agua con sede en Holanda que está colaborando en el proyecto de saneamiento con la Unión Europea y NAWASSCO. Ahora la eficiencia del proceso ha despertado el interés, no sólo entre los residentes de Nakuru, sino más lejos en otros condados de Kenia y países vecinos como Ruanda.
Lawrence Kimaru, asesor de saneamiento de SNV Organización para el Desarrollo de Holanda, dijo que los organismos que otorgan licencias del país y el Departamento de Salud del Condado de Nakuru también tenían reservas tempranas sobre el proyecto, planteando preguntas sobre cómo los desechos se recogerían, transportarían y tratarían de acuerdo con las leyes locales y las prácticas existentes. Los socios del proyecto presionaron a la Asamblea del Condado de Nakuru para un proyecto de ley de salud pública integral que abordara cómo manejar los desechos humanos, eliminando los cuellos de botella legislativos.
El sitio ahora produce dos toneladas de briquetas cada mes, pero Irungu de NAWASSCO dijo que el plan es aumentar la producción a 10 toneladas al mes, y finalmente 10 toneladas por día.
Esto requerirá equipos a gran escala, incluyendo sistemas de secado solar mejorados, una máquina para eliminar el agua de los lodos, y un sistema de carbonización industrial. NAWASSCO ha propuesto una tasa sobre las facturas de agua para financiar la prestación de servicios de saneamiento como parte de las actividades principales de la compañía, que espera ser aprobado este año, dijo Lafeber.
En virtud de ello, los residentes de Nakuru pagarían un 5% por encima de su factura de agua, con lo que la empresa sería capaz de mantener el sistema de recogida y transporte de lodos.
SNV dijo que el mercado de la briqueta es enorme, con un estudio indicando que podría cubrir alrededor de la mitad de la demanda de combustible doméstico en la ciudad de Nakuru, lo que sugiere que el sitio de producción actual es poco probable que pueda satisfacer plenamente la demanda.
“La producción de briquetas a partir de residuos humanos es una opción viable”, dijo.
Si más compañías de agua se asocian con empresas sociales, así como con el gobierno y grupos de desarrollo, la actividad “puede generar ingresos para los jóvenes desempleados en el país, proporcionando fuentes limpias y asequibles de combustible para grandes poblaciones” ella añadió.
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