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Peter Kalmus, científico estadounidense que estudia la atmósfera, vive una vida muy peculiar con su esposa y sus dos hijos pequeños. Ellos consumen solo una décima parte de los combustibles fósiles utilizados por la familia estadounidense promedio.
Lograron reducir hasta ese punto sus emisiones porque montan bicicleta, cosechan e intercambian comida con vecinos, crían pollos en su patio trasero y buscan semanalmente en el basurero cosas que se puedan reciclar. También ahorran en electricidad, compran pocas cosas, son vegetarianos, no viajan seguido por avión, hacen composta de sus propios desperdicios y cuando lo necesitan, conducen un Mercedes-Benz clásico que se ha cambiado para funcionar con aceite vegetal de desecho.
Kalmus cuenta con un doctorado en física de la Universidad de Columbia y actualmente es empleado del Laboratorio de Propulsión a Chorro en el Instituto de Tecnología de California. Es por esto que nadie se puede oponer a su estilo de vida porque él entiende los conceptos de efecto invernadero, los sistemas de retroalimentación de la Tierra y el ciclo del carbono.
También es filósofo y se toma muy enserio sus prácticas diarias de meditación. Él cree que todos deberían meditar ya que eso “ayuda a lidiar con el dolor generado por la comprensión de la gravedad del cambio climático, pero también es eficaz para mejorar las relaciones y construir la comunidad. Lo cual es crucial para luchar contra el cambio climático, desde la raíz”.
A él no le incomoda hablar de temas como la necesidad de un control mundial de la población y de viajar por aerolínea. A muchas personas les molesta porque aún son temas cargados con mucha sensibilidad.
Peter Kalmus y su familia evidencian que sí es posible vivir una vida más ecoamigable. Este estilo de vida, el conocimiento de Kalmus y soluciones funcionales, están más desarrolladas y ampliadas en su libro llamado “Ser el cambio: vivir bien y despertar una revolución climática”.
El libro será publicado en agosto y según críticas de editores, al terminar de leerlo, uno se siente empoderado, contagiado de curiosidad y entusiasmado por hacer el cambio.
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