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Según la Revisión Estadística de la Energía de BP, la producción mundial de carbón cayó un 6.2% el año pasado. Es el mayor descenso anual registrado. El consumo también disminuyó un 1.7%, por segundo año consecutivo.
El informe muestra que la reducción de este material es decisiva y generalizada, ya que el Reino Unido consumió un 52.5% menos en 2016, los Estados Unidos cayó un 8.8% y China un 1.6%.
El documento también muestra que la producción del petróleo y el gas natural han aumentado, y aunque el ritmo de crecimiento fue más fuerte con la energía renovable, todavía hay mucho trabajo por hacer para lograr un cambio positivo.
Lo importante es que estas estadísticas son testimonio del poder del activismo, la formulación de políticas visionarias y la innovación de energía limpia. Ojalá, en un futuro no muy lejano, podamos ver una interrupción similar al mercado de petróleo.
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