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La biología sintética permite crear “bacterias modificadas” que contienen una parte desarrollada en laboratorios para convertir elementos tóxicos del aire, del agua o de la tierra en “productos limpios” y así ayudar a hacerle frente a problemas como el cambio climático, ha dicho a Efe el científico Pavel Dvorák.
Ésta es la conclusión que el investigador destaca en un artículo recientemente publicado en la revista Biotechnology Advances junto con otros tres científicos del Centro Nacional de Biotecnología del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) entre los que se encuentra el investigador español y director del trabajo, Víctor de Lorenzo.
Esta cuestión será una de las que se aborden en el congreso “Engineering biology for a better world” que tendrá lugar los próximos jueves 31 de agosto y viernes 1 de septiembre en Madrid, promovido por la Asociación Europea de Jóvenes Investigadores en Biología Sintética.
La biología sintética “apareció hace apenas unos 10 o 15 años”, ha destacado Dvorák a EFEfuturo, quien ha asegurado que “desde entonces nos ha dado herramientas para transformar genomas, así como métodos para construir circuitos genéticos”.
En este sentido, “los científicos llevan intentando modificar organismos desde 1980”, ha reconocido el experto, que ha destacado que, por ejemplo, gracias a estas herramientas se pueden amplificar las rutas bioquímicas de las plantas, encargadas de su metabolismo, para que las bacterias modificadas puedan usar dióxido de carbono del aire y convertirlo en un “producto limpio”.
El nuevo planteamiento, además, “permitirá minimizar el cambio climático y otros cambios globales provocados por la acción humana”, según ha indicado Víctor de Lorenzo en un comunicado facilitado por el CSIC, pues considera que “abre las puertas al uso de bacterias para eliminar los gases de efecto invernadero de la atmósfera o los plásticos de los océanos”.
Además, la biología de sistemas, nacida a la par de la sintética, ofrece métodos computacionales para predecir el funcionamiento de circuitos sintéticos en los ejemplares en los que se implementa, por lo que “podemos predecir al 100% cómo se va a comportar la parte sintética y evitar situaciones de riesgo”, ha afirmado Dvorák, investigador del CNB del CSIC.
“Hay nuevos problemas para los que ofrecemos nuevas soluciones”, ha añadido el investigador, quien ha reconocido que “esta cuestión puede generar muchas preguntas éticas”.
Por eso “el último capítulo de la investigación habla de la tarea más importante de los científicos: explicar esta tecnología para que se acepte, como la informática”, ha comentado el científico, quien ha recordado que “todos usamos hoy en día ordenadores o teléfonos móviles, a pesar de que no conocemos su funcionamiento”.
En el congreso “Engineering biology for a better world”se darán cita científicos y representantes de la industria biotecnológica de todo el mundo para discutir las posibilidades que ofrece la biología sintética en la construcción de la sociedad del futuro.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes encontrar el original aquí.
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