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Se prevé que las sequías empeorarán y que las tormentas intensas se volverán más frecuentes en gran parte de Estados Unidos en las próximas décadas a medida que el planeta se caliente, pero su impacto en la agricultura podría verse atenuado si los agricultores estadounidenses se centran en sus raíces.
Un nuevo estudio examina los beneficios de los “cultivos de cobertura” (sembrar plantas de enriquecimiento de suelo entre los ciclos de cultivo) y otras prácticas de aumento de suelos utilizados en todo el mundo, especialmente en Iowa, uno de los estados agrícolas más productivos de EE. UU. El estudio determinó que los agricultores podrían hacer que sus tierras soporten mejor algunos de los efectos del calentamiento climático, haciendo que su suelo sea más “esponjoso”.
“El suelo esponjoso contiene más agua”, dijo Andrea Basche, autora del estudio y miembro de la Unión de Científicos Preocupados en el Programa de Alimentos y Medio Ambiente. “Lo que descubrimos como la forma más eficaz y consistente de conseguir un suelo más poroso es mantener las raíces allí”.
En el Medio Oeste de Estados Unidos, el maíz y la soya son los cultivos más cultivados, pero son pocos los agricultores que han adoptado estas prácticas. Tan sólo el 2% de los cultivadores de la cuenca del río Mississippi cubren los cultivos, a pesar de las pruebas que sugieren que no sólo aumentan los rendimientos, sino que también hacen que el suelo sea más resistente al clima cada vez más volátil.
Basche examinó 150 experimentos de campo a través de seis continentes y encontró que casi dos tercios mostraron que el suelo retenía el agua mejor si se utilizaban algunas de las prácticas de “edificación de suelos”, incluyendo el cultivo de cobertura, la siembra continua y la plantación rotacional, entre otras. De esas prácticas, encontró que mantener una “cobertura continua”, ya sea por cultivos de cobertura o cultivos permanentes, fue la mejor estrategia para mejorar la capacidad del suelo para absorber agua.
“Esta mejora está probablemente relacionada con la creación de sistemas radiculares continuos en el suelo que contribuyen a la retención de la capa superior del suelo, mayores niveles de carbono en el suelo, una mayor actividad biológica y a una menor pérdida de agua por escurrimiento”, escribió Basche. “Este es un nuevo descubrimiento científico que puede ayudar a priorizar las prácticas que ayudan a reducir los riesgos climáticos”.
En Iowa, que en los últimos años sufrió tormentas y sequías extremas, Basche encontró que los cultivos perennes y de cobertura podrían hacer que la cosecha absorbiera más agua, hasta un 11% más, y reduciría el escurrimiento entre un 9% y un 15%. En los años de sequía, cuando la absorción de la lluvia es aún más crítica, los beneficios fueron mayores. El análisis de Basche encontró que en 2012, un año de sequía extrema en Iowa, los suelos arraigados tuvieron un 60% menos de escorrentía que los suelos sin cultivos de cobertura o cultivos perennes.
Si bien el porcentaje de hectáreas del Medio Oeste plantadas con cultivos de cobertura o perennes puede estar subiendo, según una encuesta reciente, Basche y otros defensores de las prácticas de reforzamiento de suelos dicen que todavía hay demasiados obstáculos y muy pocos incentivos para que muchos agricultores hagan el cambio .
“Se necesita tiempo para que los agricultores sepan cómo plantar cultivos de cobertura”, dijo Basche. “Hay un costo para la semilla y la mano de obra, lo que complica la gestión. No hay forma de evitarlo”.
Las políticas del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos han promovido, durante décadas, la expansión de la soya y el maíz, a expensas de una mezcla más diversa de cultivos. Los críticos dicen que el departamento pone demasiado énfasis en el seguro de cosecha a corto plazo para ayudar a los agricultores en condiciones de sequía o inundación, en lugar de las prácticas de edificación de suelos que podrían hacer las granjas más resistentes a largo plazo.
“Necesitamos más plantas perennes en nuestros sistemas de cultivo, como sugiere el informe”, dijo Ferd Hoefner, director de políticas de la Coalición Nacional para la Agricultura Sostenible, que desde hace mucho tiempo aboga por los cultivos de cobertura. “La conservación, la investigación y la reforma de la política de seguros de cosechas es fundamental para que esto suceda”.
Una sequía en las llanuras este año, la creciente contaminación del agua causada por fertilizantes y los informes recientes de que la “zona muerta” en el Golfo de México, causada por la escorrentía de nitrógeno, ha alcanzado su mayor tamaño, subrayan la necesidad de políticas que promuevan las prácticas de “construcción del suelo”, sugieren varios asesores.
“Necesitamos tener raíces en el suelo”, dijo Basche.
Este texto apareció originalmente en Inside Climate News, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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