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El agua es un recurso estratégico para el desarrollo y la geopolítica y requiere especial atención ante las consecuencias del cambio climático. Estas son algunas de las conclusiones de la Segunda Conferencia Internacional sobre Agua y Clima realizada en Marsella (Francia).
El Consejo Mundial del Agua, en cooperación con la Presidencia de la COP22 y otros actores internacionales, se reunió el 3 y 4 de octubre, con el fin de esbozar el camino a seguir y generar conciencia global sobre asuntos críticos relacionados con el agua.
La reunión es un preludio de los temas a tratar en la COP23, que tendrá lugar en Bonn (Alemania) en noviembre próximo, y al Foro Mundial del Agua de Brasilia (Brasil) en marzo de 2018.
El evento contó con el apoyo de la Presidencia de la COP23 y ha estado presidido por el Presidente Honorífico del Consejo Mundial del Agua Loïc Fauchon y el vicepresidente Dogan Altinbilek, según un comunicado.
En la reunión estuvieron presentes, entre otros expertos, el Secretario de Estado marroquí del Agua y Medio Ambiente, Charafat Afilal, y el Secretario de Estado bangladeshí de Medio Ambiente y Bosques, Istiaque Ahmad, y la representante de la Presidencia de la COP23, Sindra Sharma-Khushal.
El agua es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU y un “posibilitador y un conector común básico” que enlaza los otros dieciséis, han señalado los asistentes.
Entre las conclusiones, se ha subrayado la importancia del agua como “elemento central del desarrollo humano por encima de otros factores y cómo ésta se sitúa en el corazón del impacto del cambio climático”.
Las ponencias han puesto de manifiesto los riesgos globales en aumento sobre la seguridad hídrica, tema que seguirá estando a la cabeza de las reuniones climáticas.
La Segunda Conferencia Internacional sobre Agua y Clima ha puesto énfasis en la construcción de “Ciudades y comunidades sostenibles” (SDG11) y en la erradicación del hambre, alcanzar la seguridad alimentaria y una adecuada nutrición, así como promover la agricultura sostenible (SDG2).
El “agua significa clima” ha sido el lema de la reunión #WaterIsClimate.
A pesar de ello y el compromiso general de aportaciones hasta 2030, de entre 97 y 254 mil millones de euros, más otros 17,4 millones para la erradicación del hambre, la financiación sigue siendo un elemento crucial en la agenda de los líderes políticos.
La construcción de ciudades sostenibles resilientes al cambio climático, así como la reducción del hambre son pasos cruciales en el camino trazado desde la Cumbre de París (COP21) y en la de Marruecos (COP22) donde se comprometieron $100 millones anuales para 2020, para lidiar los efectos de cambio climático y reducir las emisiones.
No obstante, “el hambre aumentó por primera vez en una década” desde 2016, según datos recogidos en el último informe de la ONU.
Los asistentes han llamado la atención que para 2030 se espera que el mundo se enfrente a un déficit global de agua en un escenario que mantuviera las condiciones actuales.
En la última sesión de la conferencia se trató la Iniciativa Agua para África, que se había puesto en marcha en la conferencia anterior y durante la COP22. La conferencia hizo hincapié en la necesidad de ayudar a los países en desarrollo en su adaptación al cambio climático, especialmente en regiones de África, Asia y América Latina.
Los asistentes consideran estas acciones deben ser urgentes ante la necesidad de proteger la seguridad alimentaria y acabar con el hambre, para lo cual el agua es un requisito indispensable.
“La verdad fundamental del agua y su conexión con toda forma de vida es que una gestión imprudente de la misma se está convirtiendo, cada vez más, en un obstáculo en la lucha contra el cambio climático. Y combatir el cambio climático es un prerrequisito para la paz”, ha declarado la representante de la Presidencia de la COP23, Sindra Sharma-Khushal.
“La vida es agua. Como resultado del cambio climático el agua dulce se está convirtiendo en un recurso escaso. Como resultado de todas las crisis que confrontamos como humanos, nuestra supervivencia misma depende de la rapidez con la que la comunidad global se enfrente a los efectos adversos del cambio climático”, declaró Istiaque Ahmad, Secretario del Ministerio de Medioambiente y Bosques de Bangladesh.
Este texto apareció originalmente en EfeVerde, puedes encontrar el original aquí.
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