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Mango Materials es una empresa emergente biotecnológica en San Francisco (Estados Unidos) que ha ideado un método ingenioso para transformar el metano, un potente gas de efecto invernadero, en plástico. El proceso implica la alimentación de metano a bacterias, que luego producen un polímero biodegradable (polihidroxialcanoato, o PHA). Este polímero puede ser hilado en tela de poliéster utilizado para fabricar ropa, alfombras y, posiblemente, para empaque, aunque la empresa se centra más en la industria de la confección en este momento.
El metano utilizado por Mango Materials proviene de una planta de tratamiento de residuos en Bay Area, pero la compañía está buscando asociarse con otras fuentes de metano, como las granjas productoras de leche, para obtener más de su materia prima.
La tecnología crea valor para el metano, que es una idea novedosa. La CEO, Dra. Molly Morse, dijo a Fast Company:
“Si aumentamos el valor de los residuos de metano, eso podría cambiar toda la historia del carbono en la atmósfera, porque estaríamos recogiéndolo y secuestrándolo en nuestros productos. Porque en lugar de usar carbón fósil antiguo para hacer materiales, utilizas algo que ya tienes”.
En una entrevista antes de la aparición de Mango Materials en la conferencia SynBioBeta, Morse, cuya investigación doctoral llevó al establecimiento de la empresa, explicó por qué los polímeros PHA hacen un buen plástico:
“Los PHA pueden biodegradarse en muchos ambientes diferentes, incluyendo aquéllos donde no hay oxígeno presente, produciendo metano, que cerrando el ciclo, se crearía más polímero de ese metano”.
Si una camiseta de bio-polímero se tira en un relleno sanitario, se biodegradará completamente. Si el metano liberado por degradación es capturado, se puede convertir nuevamente en un nuevo material. Si la camiseta termina en el océano (donde la contaminación de microfibras plásticas es un problema muy serio), también se biodegradará o será consumida por organismos marinos que lo digieren de forma natural. En otras palabras, la tecnología ofrece un ciclo completamente cerrado. Morse cree que el mercado está listo para tal desarrollo:
“Los plásticos actuales se encuentran en grandes volúmenes y son realmente baratos. La mayor oportunidad para estos productos es la posibilidad de alcanzar tecnologías que compitan con estos materiales tradicionales. Hay muchas empresas excelentes por ahí trabajando en productos de base biológica y juntos todos podemos hacer un cambio”.
El trabajo de la compañía ha atraído la atención de la NASA y fue seleccionado para un Premio STTR de Fase II para explorar la producción de biopolímeros en un ambiente de microgravedad:
“Esto podría permitir la producción de biopolímeros en la Tierra y también en entornos no terrestres, creando así un sistema cerrado para producir biopolímeros a demanda en el espacio ultraterrestre”.
El trabajo de Mango Materials es un indicador esperanzador de los cambios en la industria de los plásticos en la Tierra, algo que se necesita desesperadamente, ya que la contaminación no biodegradable se acumula alrededor del planeta.
Este texto apareció originalmente en Treehugger, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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