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Lamborghini acaba de revelar sus planes para “reescribir las reglas de los vehículos superdeportivos”, según Stefano Domenicali, máximo responsable de la compañía. Para ello, el fabricante italiano se ha aliado con el prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT), con el que trabaja en el diseño de su Lamborghini Terzo Millennio, un deportivo 100% eléctrico, que prescindirá de las baterías y de los clásicos problemas que aún representan para la movilidad eléctrica.
Ahí, precisamente, en la decisión de pasar de las baterías a los supercondensadores, y todo lo que esto implica, radica buena parte la colaboración con el MIT. Ésta se acordó hace un año e incluye a dos laboratorios del centro; uno liderado por Mircea Dinca, que se centra en el desarrollo de los supercondensadores para que el almacenamiento de energía se extienda a toda la carrocería del superdeportivo.
El segundo laboratorio implicado en el diseño del Terzo Millennio es liderado por Anastasios John Hart, del departamento de ingeniería mecánica del MIT, este equipo trabajará sobre los materiales de fibra de carbono que se emplearán en la carrocería de este modelo. Lo que se espera en este punto es que esta actúe como acumulador y que, al tiempo, permita que todo el cuerpo del deportivo se convierta en un sistema de almacenamiento de energía.
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En este terreno, una de las novedades más llamativas que intentará incorporar esta propuesta de Lamborghini y que destaca por su importancia cuando la carrocería sustituye a las baterías es un sistema de autorreparación. Así, se espera que el Terzo Millennio detecte por sí solo cualquier golpe o daño en su estructura provocado en un accidente. Con ello, el siguiente paso será que el vehículo inicie un proceso de reparación que reduzca el riesgo de que pequeños daños se extiendan a la estructura de fibra de carbono.
El fabricante italiano, que asegura que su modelo está pensado para “entusiastas de los vehículos deportivos del futuro”, se centra además en otros tres aspectos de su superdeportivo: el sistema de propulsión, la emoción y el diseño. En este último, Lamborghini apuesta por un modelo muy llamativo. Además de al servicio de la estética, este diseño busca perfeccionar al máximo el flujo del aire.
Por ello, el deportivo será “una expresión radical de la supremacía de la aerodinámica”, según los fabricantes.
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En cuanto al sistema de propulsión, llama la atención la apuesta de la firma italiana, que emplazará en cada una de las ruedas del modelo un motor eléctrico integrado cuya potencia todavía está por revelar. También es una incógnita la manera en la que Lamborghini mantendrá en su superdeportivo eléctrico lo que llaman “la emoción”; esa que aporta a los amantes de los deportivos el rugido de un motor de combustión, por poner algunos ejemplos.
“Es fundamental para el auto del futuro sostener la emoción de conducir un Lamborghini”, apunta la compañía italiana.
Mientras continúan los trabajos sobre este modelo, con muchos detalles por desvelar, sus fabricantes comentan otra incorporación al automóvil. Se trata de una cabina virtual que “permite llevar al conductor por un circuito como el de Imola”, asegura la marca italiana, que persigue con su superdeportivo “moldear los sueños de las próximas generaciones”, en palabras de Domenicali.
Este texto apareció originalmente en EcoInventos, puedes encontrar el original aquí.
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