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De acuerdo con Vania Montalvo, Coordinadora del Programa de Integridad en el Financiamiento Climático de Transparencia Mexicana, el cambio climático comparte características similares con la corrupción dado que afecta en primera instancia a los más pobres y tiene su origen en empresas que buscan beneficios en el corto plazo. Cuando está situación se prolonga, pone en riesgo al planeta y al sistema económico en general, es por ello que la cooperación internacional se vuelve pieza clave para hacerles frente.
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Si bien puede parecer que ambos temas no tienen relación, vale la pena indicar de qué manera se entrelazan, por ejemplo, es poco factible que aquellos gobiernos con altas tasas de corrupción implementen políticas climáticas precisas y equitativas. Pueden enfrentar conflictos de interés que tendrán una resistencia a políticas públicas basadas en el principio de sustentabilidad. En consecuencia, se puede reprimir la formulación de mecanismos para hacer frente a la crisis climática y se disminuye el flujo de capital necesario para poder actuar.
De no tomarse cartas en el asunto se pueden tener efectos nocivos y recíprocos. Algunos sectores productivos como la ganadería, la silvicultura, el suministro de agua, la gestión de residuos peligrosos o la explotación de hidrocarburos son vulnerables a los efectos de la corrupción pues la gran cantidad de permisos y licencias que requieren para la explotación de los recursos naturales es susceptible a sobornos hacia los funcionarios que se encuentren a cargo. Lo anterior viola las legislaciones establecidas y tiene un efecto demoledor desde un punto de vista ambiental y social, por ejemplo, comunidades rurales o indígenas pueden verse vulneradas puesto que su desarrollo está ligado al entorno natural donde se desarrollan.
La respuesta internacional, por ende, exige un nivel de cooperación del más alto nivel y una fuerte transformación económica para impedir los efectos negativos que trae consigo la corrupción. La gobernabilidad toma un papel importante para garantizar la transparencia e integridad de las políticas públicas que impulsen una agenda climática integral. Bajo el auspicio de la ONU se ha ratificado la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción y el Convenio sobre la lucha contra el soborno de los funcionarios públicos extranjeros en las transacciones comerciales internacionales. Asimismo, dentro del Acuerdo de París en su Artículo 13, se busca trabajar en el tema por medio de un instrumento de transparencia que promueva la confianza mutua entre todas las naciones.
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Para poder lograr resultados benéficos, se debe fomentar una agenda de impunidad cero en la que el sistema judicial tiene la obligación de colaborar con el funcionamiento eficaz de las instituciones y los gobiernos tienen que mejorar su normativa e impulsar procedimientos que prevengan abusos y rindan cuentas, por ejemplo, fijando auditorías ambientales y una correcta aplicación de la ley. Como se puede notar, es necesario que los movimientos anticorrupción y ambientalistas colaboren lado a lado para fortalecer sus acciones.
Este texto fue escrito por José Gil, su contenido refleja su opinión y no necesariamente la de Futuro Verde.
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