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El directorio ejecutivo del Banco Mundial (BM) aprobó financiar con $12.2 millones el proyecto de Gestión Integrada del Bosque, que lidera el Ministerio del Ambiente (Minam) en Atalaya, Ucayali, para luchar contra la deforestación de la zona.
La financiación consta de una donación de $5.8 millones y un préstamo de $6.4 millones del Programa de Inversión en Bosque del Fondo Estratégico para el Clima de la entidad multilateral.
El 20% del financiamiento será destinado a empresarios madereros en pequeña escala mientras que el 80% restante apoyará a las comunidades indígenas, donde se dará prioridad a aquellas donde exista una mayor proporción de mujeres.
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Se estima que el proyecto de Gestión Integrada del Bosque en Atalaya beneficiará a más de 2,300 familias indígenas y usuarios forestales.
“El manejo adecuado del bosque brindará ingresos económicos a la población indígena y posibilitará un desarrollo sostenible. Esto contribuirá en consecuencia a lograr la ansiada inclusión de todos los peruanos y a mitigar el cambio climático,” afirmó el director del BM para Bolivia, Chile, Ecuador y Perú, Alberto Rodríguez.
Atalaya, provincia del departamento de Ucayali, posee una extensión de 3.98 millones de hectáreas y es considerada como una de las zonas forestales más productivas del país. El fondo busca recuperar 380,500 hectáreas de la zona que ocupa el quinto lugar de mayor deforestación debido al incremento de la presión humana.
La protección de los Bosques de Atalaya forma parte del Programa de Inversión Forestal (FIP) y es el segundo de los cuatro proyectos que lo integran. El total del FIP asciende a $50 millones de los cuales $26.8 millones son donación y $23.2 millones son préstamo del Banco Mundial.
El FIP cuenta con el respaldo técnico del Banco Mundial para el proyecto de Atalaya , y para los otros tres con el de Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Según el informe del Plan de Inversión forestal, los cuatro proyectos desarrollados, Atalaya (Ucayali); Tarapoto-Yurimaguas (San Martín y Loreto) y Puerto Maldonado-Iñapari (Madre de Dios) son las zonas que enfrentan los más altos índices de deforestación y degradación de los bosques en todo el territorio.
Este texto apareció originalmente en El Comercio, puedes encontrar el original aquí.
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