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Una empresa de construcción italiana acaba de vender su contrato de arrendamiento para desarrollar un parque eólico en aguas frente a la costa de Nueva Jersey por $215 millones, aproximadamente un 21,000% más de lo que pagó hace solo tres años.
La unidad U.S. Wind de Toto Holding SpA, que pagó alrededor de $1 millón por el arrendamiento de Atlantic City en 2015, la revendió a Electricite de France SA, que planea desarrollar el sitio mediante una empresa conjunta con Royal Dutch Shell Plc.
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Es la última señal de que los gigantes europeos de la energía están ansiosos por construir parques eólicos en la costa este de los Estados Unidos. Compañías como Orsted A/S y Equinor ASA han invertido en arrendamientos para sitios desde Massachusetts a Virginia, ya que los estados ofrecen incentivos y los costos de instalar turbinas masivas en el mar descendieron.
En diciembre pasado, tres compañías ofrecieron un récord de $405.1 millones para arrendar parcelas cerca de Martha’s Vineyard en Massachusetts. Eso es nueve veces la marca máxima anterior de alrededor de $42 millones para un sitio frente a Long Island de Nueva York en 2016.
El interés en la energía eólica marina en los Estados Unidos ha aumentado desde 2016, cuando se completó el primer proyecto de la nación en Rhode Island. El desarrollador, Deepwater Wind, acordó ser comprado en octubre pasado por $510 millones por parte de Orsted de Dinamarca, el mayor constructor de parques eólicos marinos del mundo.
Si bien los costos de la energía eólica marina han disminuido drásticamente, sigue siendo una de las formas más caras de generar electricidad. Los molinos de viento de 183 metros también atraen la oposición de pescadores comerciales y propietarios de propiedades costeras, como lo demuestra el fallido proyecto de Cape Wind en Cabo Cod que fue desechado después de más de una década de litigios.
Los esfuerzos para construir parques eólicos en las aguas de Nueva Jersey se estancaron bajo el gobernador republicano Chris Christie, quien bloqueó los proyectos de manera efectiva al nunca implementar completamente un programa para subsidiarlos. Su sucesor demócrata, Phil Murphy, ordenó a los reguladores hacer planes para reanudar el desarrollo cuando asumió el cargo en enero pasado.
Cuando U.S. Wind compró el contrato de arrendamiento en 2015, los desarrolladores seguían considerando que el mercado estadounidense era riesgoso y, por lo tanto, había menos oferentes que hoy, dijo Salvo Vitale, consejero general de U.S. Wind. La compañía planea usar las ganancias de la venta para los proyectos que está planeando en Maryland y Carolina del Sur, concluyó.
Este texto apareció originalmente en Bloomberg, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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