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El holandés Boyan Slat, un inventor y emprendedor que impulsa soluciones tecnológicas para limpiar de plástico los mares y ríos del mundo a través de la organización The Ocean CleanUp, se ha proclamado ganador del Premio Internacional que concede la Fundación Princesa de Girona (FPdGi).
Tras la reunión telemática del jurado de expertos presidido por el epidemiólogo Pedro Alonso, el nombre de Slat ha cerrado la lista de los galardonados en el resto de categorías, que se habían anunciado en los últimos meses.
At @TheOceanCleanup, we’re seeing various delays because of COVID, especially when it comes to deploying and manufacturing Interceptors for rivers. We’ll be fine, but it’s not making our challenge to clean the ocean any easier. pic.twitter.com/dfBMooZGnN
— Boyan Slat (@BoyanSlat) April 13, 2020
El jurado lo considera un ejemplo para otros jóvenes emprendedores sociales y ambientales.
La elección del holandés se fundamenta en que se ha enfrentado a algunos de los problemas medioambientales globales planteados por la contaminación por plásticos en los océanos y ríos del mundo con innovación, espíritu empresarial y una búsqueda constante de soluciones tecnológicas.
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El jurado, que se ha declarado “impresionado” por una historia que arranca cuando el premiado tenía 16 años y buceaba en Grecia, destaca también que éste muestra “una energía y una creatividad sobresalientes, siendo un ejemplo para otros jóvenes emprendedores sociales y ambientales”.
Pedro Alonso ha subrayado que, en el segundo año de la categoría Internacional, se aprecia una “narrativa”, ya que Boyan Slat, como su antecesora, Maria Jammal, la joven árabe-israelí que dirige la organización Humanity Crew, volcada en los refugiados y que ganó el galardón en 2019, busca soluciones innovadoras a alguno de los grandes retos de la sociedad.
Boyan, que acaba de cumplir 25 años, nacido en Deft (Países Bajos) y afincado en Estados Unidos se hizo famoso en 2012 tras proponer la construcción de una gran barrera con la que, a modo de escombra gigante, se pudieran recoger y retirar grandes cantidades de basura flotante -principalmente plásticos- en mares y océanos de todo el mundo. El coraje demostrado por Boyan y la originalidad de su propuesta consiguieron las ayudas técnicas y económicas para desarrollar los primero prototipos y poner en práctica las pruebas iniciales.
Los primeros ensayos en mar abierto, hace más año en las costas de California, demostraron que una cosa es la teoría y otra muy distinta es la práctica, especialmente cuando hablamos de estructuras sometidas a las inclemencias del agua de mar.
Slat, en aquella inmersión cuando tenía 16 años, encontró más plástico que peces e inició un proyecto en su instituto que derivó en un sistema que aprovecha las corrientes oceánicas para facilitar la limpieza de los fondos marinos.
Interceptor 002 at work in Klang, Malaysia. Was amazing to see it in reality! pic.twitter.com/7xXoYojgzX
— Boyan Slat (@BoyanSlat) November 5, 2019
The Ocean Cleanup ha recaudado más de 30 millones de dólares a través de donaciones y su responsable estima que, con el desarrollo de nuevos diseños, la mitad de la gran isla de basura del Pacífico desaparecerá dentro de cinco años y a un coste mínimo.
El galardón de Boyan Slat se suma a los obtenidos previamente en el resto de categorías por Rubén Darío Costa Riquelme (Investigación Científica), Guillermo Martínez (Social), Guillermo García López (Artes y Letras) y Pepita Marín Rey-Stolle (Empresa). El jurado de estos premios, que reconocen a jóvenes que han destacado por su actitud emprendedora e innovadora, así como por su capacidad de transformación, lo han compuesto para escoger al galardonado de la categoría Internacional.
Este texto apareció originalmente en La Vanguardia, puedes ver el original aquí.
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