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“Kiss the Ground” desvela la ciencia y el contexto histórico detrás de la agricultura regenerativa y por qué la salud de nuestro suelo es de suma importancia.
A principios de este año, el Foro Económico Mundial alcanzó un hito sombrío: por primera vez en la historia de su Informe de Riesgos Globales, los 5 temas principales estaban relacionados con preocupaciones ambientales.
Desde los fenómenos meteorológicos extremos hasta la pérdida de biodiversidad, los problemas climáticos y ecológicos se han convertido en una red compleja con una serie de factores que contribuyen a una combinación de desinformación, falta de educación, apatía total y drama geopolítico. Pero cuando hay un problema de múltiples capas, a menudo hay una solución de múltiples capas, y una que ha estado ganando atención recientemente es la agricultura regenerativa.
La agricultura regenerativa es una frase general para las prácticas agrícolas y de pastoreo que tienen como objetivo apoyar la biodiversidad dentro del suelo. La idea general es que el enriquecimiento del suelo conducirá a un mayor secuestro de carbono, es decir, sacar el CO2 de la atmósfera al suelo.
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Varias empresas, incluidas Patagonia y Stonyfield Farm, ya han hecho de la agricultura regenerativa una parte clave de sus prácticas comerciales. Pero aún queda un largo camino por recorrer en los esfuerzos de escalabilidad, y mucho menos en educar al público (y a los agricultores) sobre sus beneficios.
Un paso hacia ese objetivo es el nuevo documental Kiss the Ground.
Los directores Josh y Rebecca Tickell han pasado los últimos siete años rastreando la agricultura regenerativa y descubriendo la ciencia detrás de ella. El documento también brinda un amplio contexto histórico de cómo el suelo del mundo se ha degradado a niveles tan drásticos, rastreando las primeras causas hasta la agricultura industrial y el uso generalizado de pesticidas después de la Segunda Guerra Mundial.
Por supuesto, incluso un susurro de una conversación sobre el cambio climático puede desencadenar una ruptura inmediata en el discurso lógico, particularmente porque el tema se ha vuelto aún más divisivo en el curso de la administración Trump.
Pero Josh insiste en que han hecho un documento apolítico al cubrir su terreno con entrevistas de científicos, agricultores y activistas climáticos.
“Hay dos formas diferentes de ver este tema desde dos puntos de vista políticos: desde la derecha, este es un tema de economía, empleo, agricultores y alimentos. Y desde la izquierda, este es un tema de clima y salud ecológica y humana”, dice. “Ninguna de esas perspectivas es incorrecta, y lo que falta en la conversación política actual es la importancia de que la salud del suelo sea la piedra angular que puede abordar todos estos diferentes problemas”.
“Sería tan fácil saltar y culparnos unos a otros y quién tiene la culpa, y eso es parte de lo que nos ha estancado”, agrega Rebecca. “Queríamos asegurarnos de que el mensaje fuera algo unificador. Lo que tenemos es algo en lo que la gente de cualquier parte del mundo desde cualquier punto de vista político puede encontrar algo relevante para ellos. Es realmente un mensaje para todos porque realmente estamos todos juntos en esto”.
Este texto apareció originalmente en Fast Company, puedes ver el original en inglés aquí.
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