Suscríbete
La mayoría de expertos consideran que hay tres categorías de las políticas climáticas:
A veces se puede combinar estas políticas. La fijación de precios al carbono, de cierto modo, es una forma de regulación. O, algunas regulaciones tienen multas o penalidades acompañantes que las hacen ser muy similares a los precios al carbono. Algunos precios al carbono incluyen reembolsos o gastos que actúan como incentivos. En todos los casos, el objetivo es alentar o requerir las cosas que deseamos, y desalentar o prohibir las cosas que no queremos.
Te recomendamos: Alemania aumentará en más del doble de impuesto al CO2
Estándares de Electricidad Limpia (CES por sus siglas en inglés), a veces conocidos como Normas de Cartera Renovable (NCR), han existido de varias formas para unas décadas, con políticas existentes en muchos estados. Básicamente, obligan que una cierta porción de la electricidad vendida por los servicios viene de fuentes de energía limpia antes de cierta fecha. Como muchas políticas, suena simple pero hay muchos detalles por considerar y eso detalles hacen una gran diferencia.
Una gran pregunta es: ¿Cuáles fuentes se consideran como “energía limpia” bajo las Normas de Cartera Renovable? ¿Solamente incluye los renovables como el solar y eólico, o también se trata de la energías proviniente de las grandes hidroeléctricas, el nuclear, la biomasa, o la energía fósil con captura de carbono? ¿Hay créditos parciales para la energía más limpia, lo que podría incentivar el gas natural sobre el carbón? En algunos casos, hay requisitos adicionales para la energía solar o eólica, o aún para tipos de sistemas específicos como paneles solares instalados en los tejados.
Otra pregunta es qué tan amplia es la política. En algunos casos, solamente se cubren los servicios públicos propiedad de inversores, sin incluir requesitos para los servicios municipales y cooperativas eléctricas rurales. Otros se renuncian los requisitos para proveedores de pequeña escala.
Sistemas de CES generalmente permiten una forma de comercio de créditos entre los proveedores de los servicios públicos. Por ejemplo, si dos proveedores están obligados a vender 50% de su energía como energía limpia, y uno ha producido un 60% de energía limpia mientras que el otro produjo un 40%, el segundo podría comprar créditos del primero y así cumplir con la ley. Eso efectivamente termina siendo como un sistema de tope y trueque, con otras complejidades sobre quién puede comerciar con quién, cuánto tiempo puede guardar los créditos, entre otras consideraciones.
En algunos sistemas, también existe una opción de “cumplimiento alternativo” que esencialmente permite la compra de créditos de energía limpia del gobierno. Esto efectivamente establece un precio máximo para tales créditos en cualquier mercado de comercio. Al final, tal sistema puede ser muy similar a un sistema de precios al carbono.
Estos detalles pueden ser bastante esotéricos, pero sí importan. Créditos parciales para el gas natural podría causar que el carbón se desaparezca primero, pero podría establecer infraestructura permanente para el gas natural. La forma de contabilizar la filtración del metano y otras emisiones también puede afectar el uso de gas natural. Cualquiera de estos detalles puede afectar la viabilidad de plantas nucleares. Metas intermedias pueden ser tan importantes como las metas finales que reciben más atención en los medios – por ejemplo, 100% electricidad limpia para 2035.
Si está familiarizado con la política preferida por CCL de una tarifa al carbono con dividendos, es posible que ya haya detectado algunas diferencias al leer los párrafos anteriores. En resumen, las diferencias principales son:
Puedes leer: FMI recomienda desarrollo de impuesto al carbono
Hay algunos similitudes también:
Si sea un precio al carbono o un CES, la pregunta sigue siendo: ¿qué deberíamos hacer con los ingresos? En ambos casos, el dinero podría dirigirse a varios propósitos: un dividendo u otro método de abordar los costos aumentados de los consumidores; en inversiones en otros programas, por ejemplo la eficiencia o la investigación; o posiblemente en incentivos para más energía limpia (quizás un modelo de “feebate” (“tarifa-reembolso”) en donde las tarifas recaudadas se reembolsan a los que producen la energía limpia).
Este texto apareció originalmente en Ciudadanos por un Clima Vivible, puedes ver el original aquí.
Suscríbete a nuestro boletín
Lo más importante en tu buzón cada semana