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Separar la basura no es un capricho o una moda, es una necesidad si se quiere vivir en un entorno más verde. Vancouver es una de las ciudades que mejor entiende esto. Durante años ha fomentado el uso del “contenedor verde” y ahora es una ley. Ningún residuo orgánico puede tocar la basura regular a partir de este 1 de enero.
Te puedes preguntar qué tanto daño puede hacer la basura orgánica si se descompone tan pronto. Pues precisamente eso. La orgánica corresponde del 30% al 40% de la basura en un vertedero, al descomponerse genera metano, un gas de efecto invernadero que es 21 veces más dañino que el CO2.
Vancouver es uno de los países con mayores tasas de reciclaje en Norteamérica, con cerca del 60%. El objetivo de esta ciudad a través de esta prohibición, es alcanzar una tasa del 70% para este año y un 80% para el 2020. Las personas que aún no están acostumbradas a esta cultura de separar la basura, el gobierno dará un periodo de gracia de 6 meses.
Una vez que pasen los 6 meses, cualquier casa habitación, negocio, restaurante u oficina, deberá separar su basura. Las sanciones comenzarán el mes de julio. Los recolectores de basura también aprenderán a distinguir cuáles son los tipos de basura ilegales.
De acuerdo con la información que provee el Metro Vancouver, todos los residuos orgánicos de la ciudad se convertirán en composta que finalmente ayudará a mejorar los jardines y producir biocombustibles, quizás otro tipo de energía en vez de liberar gases contaminantes al ambiente.
Para lograr la meta se necesita mucha educación en materia de ambiente. Vancouver es u ejemplo para todas las ciudades del mundo. Su iniciativa es una forma excelente de cortar las emisiones de efecto invernadero y no es algo que cueste mucho trabajo una vez que aprendes a hacerlo. Ojalá más ciudades adopten esta idea y crezcan las ciudades sustentables.
Este texto apareció originalmente en Treehugger, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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