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La primera ciclovía de plástico del mundo hecha de botellas recicladas, vasos y envases se ha abierto en Holanda, como parte de un proyecto piloto para contar con más carreteras similares en todo el país.
Se espera que el camino de 30 metros, hecho de plástico reciclado equivalente a más de 218,000 vasos de plástico, sea tres veces más duradero que una alternativa de asfalto.
También contiene sensores para controlar el rendimiento de la carretera, incluida su temperatura, el número de bicicletas que pasan por encima y su capacidad para hacer frente al tráfico.
Las secciones prefabricadas de la ruta para bicicletas son livianas y huecas, lo que las hace fáciles de transportar y un 70% más rápidas de instalar. Los cables y las tuberías de la red pueden instalarse fácilmente en el interior y la ruta está diseñada para drenar el agua de lluvia.
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El proyecto conjunto entre los ingenieros holandeses KWS, el conglomerado de petróleo y gas Total, y los fabricantes de tuberías Wavin, se inauguró esta semana en Zwolle, al noreste de Holanda. Se instalará una segunda ciclovía en Giethoorn en Overijssel; Rotterdam es la ciudad con mayor probabilidad de utilizar la tecnología.
Se cree que muchos de los beneficios de las ciclovías se aplicarán a las carreteras de plástico.
Los inventores, Anne Koudstaal y Simon Jorritsma, dijeron: “Este primer piloto es un gran paso hacia un camino sostenible y a prueba de futuro hecho de desechos de plástico reciclado. Cuando inventamos el concepto, no sabíamos cómo construir un camino de plástico, ahora lo sabemos”.
El hormigón asfáltico es responsable de 1.5 millones de toneladas de emisiones de CO2 al año, lo que equivale al 2% de las emisiones globales del transporte por carretera.
Cuando se anunció el concepto en 2015, Jorritsma dijo: “Tú ves una botella, nosotros vemos un camino”.
A principios de este año, la Unión Europea lanzó un plan urgente para limpiar la acción de Europa sobre residuos de plástico y garantizar que cada pieza de embalaje en el continente sea reutilizable o reciclable para 2030.
La estrategia de Bruselas, que siguió a la decisión de China de prohibir las importaciones de material reciclable extranjero, fue diseñada para cambiar mentes en Europa, un comportamiento potencialmente perjudicial para los impuestos y modernizar la producción y recolección de plásticos invirtiendo 350 millones de euros en investigación.
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Cada año, los europeos generan más de 25 millones de toneladas de residuos plásticos, pero menos del 30% se recolecta para reciclar.
Algunas dudas se han planteado sobre la ciclovía de plástico. Harmen Spek, del grupo de presión contra el plástico Plastic Soup, advirtió que pequeñas partículas de plástico podrían abrirse paso en el entorno debido al calor, el desgaste y la escorrentía.
Este texto apareció originalmente en The Guardian, puedes encontrar el original en inglés aquí. |
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