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La gran mayoría de científicos coinciden que la principal causa del cambio climático es la tendencia de los seres humanos a provocar el efecto invernadero – un proceso de calentamiento que sucede cuando la atmósfera atrapa el calor que sale de la Tierra al espacio exterior.
El calor emitido por los rayos del sol es atrapado por los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2), el óxido nitroso (N2O) y el metano. Actividades comunes en el día a día como conducir vehículos y usar aparatos electrónicos consumen energía que proviene de la quema de combustible que provoca la emisión de este tipo de gases.
A lo largo de la historia el planeta había mantenido niveles promedio de CO2, pero desde la revolución industrial el consumo de combustibles despegó haciendo crecer exponencialmente las emisiones de gases de efecto invernadero. Actualmente hemos rebasado el límite natural de 300 partes por millón (ppm) de dióxido de carbono alcanzando una máxima de 400 ppm.
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