Conciencia plena y cambio climático: cómo estar presente puede ayudar a nuestro futuro
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- Escrito por American Psychological Association - Traducción texto original - Foto por William Farlow / Unsplash
Los efectos del cambio climático en los humanos son imposibles de ignorar. Afecta a todos los elementos de la vida humana, desde la salud física y mental hasta la interrupción económica global. El cambio climático aumenta el número de personas expuestas a incidentes extremos y, por lo tanto, a problemas psicológicos posteriores, como preocupación, pérdida, dolor, ansiedad, depresión, angustia, trauma e incluso suicidio (Doherty y Clayton, 2011).
La migración masiva y el desplazamiento forzado aumentan la falta de vivienda y el número de refugiados climáticos (Black, Bennett, Thomas & Beddington, 2011; Martin, 2010). Las crecientes inundaciones destruyen la infraestructura pública, interrumpen el transporte, cortan la electricidad y la conectividad, y dañan las tierras utilizadas para la agricultura y la recreación.
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Estos impactos conducen a la depresión, ansiedad y al trastorno de estrés postraumático, incluso entre aquellos que no sufrieron las consecuencias de las inundaciones directamente (McMichael, Woodruff & Hales, 2006).
El calor nocturno se asocia con la falta de sueño, una causa y consecuencia de la mala salud mental (Okamoto-Mizuno y Mizuno, 2012), y las olas de calor también pueden provocar escasez de alimentos e inanición (McMichael, 2003).
Después de los desastres, la reconstrucción es costosa, las oportunidades económicas disminuyen y los ingresos se reducen. Bajo estas condiciones, se requieren importantes recursos financieros y relacionados con la salud para ayudar a las comunidades en riesgo (Berry, Bowen & Kjellstrom, 2010).
Inconsciencia y comportamientos habituales
La inconsciencia es una función del procesamiento mental automático y conduce a conductas rutinarias, estereotipadas o preparadas (Langer y Piper, 1987). Muchos no somos conscientes de las acciones diarias que son insostenibles, como tirar toda la basura en un contenedor, tomar una larga ducha y tirar los alimentos sin terminar que se agregan a los vertederos y producen gases de efecto invernadero.
La conciencia plena, por otro lado, promueve la sostenibilidad ambiental. Ayuda a las personas a desconectarse de los pensamientos automáticos y a abrirse más al cambio de comportamiento y la libertad para tomar decisiones diferentes (Brown y Ryan, 2003).
Los ejemplos de comportamientos conscientes incluyen llevar una bolsa reutilizable al supermercado, tomar duchas más cortas, volver a llenar botellas de agua personales en lugar de usar una botella desechable y también usar nuestro poder adquisitivo como consumidor para apoyar a las empresas con prácticas más sostenibles.
La meditación para una conciencia plena es una práctica aprendida centrada en una atención intencional, compasiva y sin prejuicios al momento presente, que a su vez da como resultado el desarrollo de la apertura a la nueva información y una conciencia de sí mismo y de los alrededores (Bishop, Lau, Shapiro, Carlson, Anderson et al., 2003).
La práctica de este tipo de meditación centrada en la sostenibilidad apoya la comprensión de que la conciencia plena puede ser clave para sensibilizar políticamente a las personas y organizaciones sobre las consecuencias de las estructuras incuestionables, las relaciones de poder y los comportamientos de los consumidores. Ayuda a las personas a sentirse más conectadas y a comprender los impactos de su propio comportamiento en el entorno en general, fomenta un sentido de conexión persona-ambiente.
Conexión de cuerpo, mente y naturaleza
La conciencia plena aumenta la atención de la interconexión de la propia naturaleza y la forma en que nuestras acciones tienen un efecto directo en el medio ambiente y el ecosistema. Muchos estudios utilizan el Cuestionario de conciencia plena de cinco facetas (Baer, Smith, Lykins, Button, Krietemeyer et al., 2008) para evaluar los cambios en el pensamiento consciente entre los participantes.
Dos de las facetas están correlacionadas con una mayor frecuencia de participación en comportamientos pro-ambientales.
Una pregunta es: “Observo elementos visuales en un artículo, como colores, formas, texturas o patrones de luces y sombras”. Otra es: “En situaciones difíciles, puedo hacer una pausa sin reaccionar de inmediato” (Barbaro y Pickett).
La conciencia plena intensifica las experiencias con el entorno natural, lo que puede fomentar una conexión más fuerte con el mundo natural y, a su vez, puede regular el comportamiento al hacer que las opciones sostenibles sean más destacadas.
Consumo material
El consumo sin sentido es un consumo pasivo que incluye acciones como comprar algo que no fue una compra planificada porque está en rebaja. El consumo excesivo se relaciona con menos felicidad, menos riqueza financiera, menos autoestima, más ansiedad y relaciones sociales más pobres (Chancellor y Lyubomirsky, 2011).
El consumo material puede provenir de un sentimiento de impulsividad, una necesidad psicológica de estatus y aburrimiento. Puede convertirse en una forma de automedicación para calmar esos sentimientos. Los anuncios también juegan un papel crítico en el materialismo porque les dicen a los consumidores que comprar más significa vivir una vida más feliz.
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La conciencia plena mejora el bienestar subjetivo, que está vinculado a una mayor autoestima y una mayor satisfacción con la vida. Al sentirse contento con uno mismo sin buscar la aprobación de los demás, una persona consciente satisface las necesidades psicológicas a través de experiencias espirituales, es menos susceptible a las tácticas de mercadeo y no consume para encontrar la realización.
La Tierra no puede soportar un uso ilimitado de los recursos naturales y estamos degradando nuestro entorno para producir bienes a un ritmo alarmante.
Flexibilidad cognitiva y emociones positivas
La salud y el bienestar mejorados también son beneficiosos para quienes nos rodean y es probable que tengan un impacto en la forma en que vemos y abordamos el comportamiento sostenible. Por ejemplo, el estrés, la depresión y el dolor físico hacen que sea más difícil actuar en temas sociales como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, pobreza y las desigualdades sociales (Bartlett, 2008).
Si no se satisfacen las necesidades básicas, el cuidado del medio ambiente probablemente se considerará más como un problema “ajeno”. Los enfoques de conciencia plena se basan en la compasión y la emoción positiva, a diferencia del enfoque de crisis o la motivación por el miedo, que a menudo se utiliza en las comunicaciones sobre el cambio climático.
Los cambios positivos y sostenibles en el estilo de vida se derivan del aumento de sentimientos positivos y de una conexión con el mundo natural.
Limitaciones
Es un reto comenzar a practicar la conciencia plena. Al igual que el ejercicio físico, se necesita tiempo, dedicación y paciencia para desarrollar una mentalidad consciente. Además, la mejora de las prácticas sostenibles no dependerá simplemente de un cambio en la cognición, las actitudes y el comportamiento de los individuos.
Necesitamos el apoyo del gobierno para el cambio de políticas y el acceso a opciones sostenibles para todas las comunidades. Finalmente, podríamos beneficiarnos de futuras investigaciones que investiguen la disposición de la conciencia plena en relación con la sostenibilidad en diferentes culturas y sociedades.
Este texto fue escrito por la APA, puedes encontrar el artículo original en inglés y las referencias aquí.