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Diariamente la energía atrapada en la atmósfera provocada por la contaminación humana es equivalente a la explosión de 400,000 bombas atómicas.
Todos los días la actividad humana provoca la emisión de dióxido de carbono (CO2), que por su calidad de gas de efecto invernadero causa el calentamiento global. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el 76% de las emisiones de CO2 están relacionadas a la quema de combustibles fósiles para generación de energía.
En el proceso de quema de combustibles fósiles se libera carbono (C), que se combina con el oxígeno (O) que existe naturalmente en el aire, creando así dióxido de carbono-CO2. Entre más se utiliza combustibles fósiles para generar energía, más carbono es liberado y más se calienta el planeta.
El carbón y el petróleo son unos de los combustibles fósiles más populares, y su consumo está generalizado en todas partes del mundo. Por esto, las emisiones de CO2 relacionadas a combustibles fósiles han alcanzado su punto más alto de la historia. En 2015 se emitieron 10 billones de toneladas métricas de dióxido de carbono por la quema de combustibles fósiles. Esto es 8 veces más de lo que se emitía hace 50 años.
Al ritmo que vamos, continuar utilizando combustibles fósiles para generar energía no es viable. La Tierra se calienta cada vez a un ritmo más rápido. Es momento de optar por alternativas sostenibles.
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