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Los forzadores climáticos de corta duración (SLCF por sus siglas en inglés) afectan el clima, específicamente forman parte de la contaminación del aire. El sexto reporte de la IPCC sobre el cambio climático (AR6) explora en su sexto capítulo el impacto de estos componentes en el equilibrio energético de la Tierra a través del forzamiento radiativo y el sistema climático.
Los SLCF son compuestos como aerosoles de metano y sulfato que calientan o enfrían el clima de forma temporal, ya que no permanecen en la atmósfera por mucho tiempo (de días a años), a diferencia de los gases de efecto invernadero (GEI) o el CO2 que permanecen durante décadas y siglos. Sin embargo, sus efectos pueden llegar a ser igual de dañinos si no se controlan correctamente, influyen directamente en la calidad negativa del aire dependiendo de la región y cómo esta actúa por eliminarlos de su ambiente.
A diferencia de los otros gases contaminantes, los SLCF pueden tener un efecto de enfriamiento o calentamiento sobre el clima, además de afectar en la precipitación y otras variables climáticas.
“Los SLCF incluyen gases y partículas diminutas llamadas aerosoles, y pueden tener un efecto de calentamiento o enfriamiento en el clima. Los SLCF que se calientan son gases de efecto invernadero (por ejemplo, ozono o metano) o partículas como el carbón negro (también conocido como hollín), que calientan el clima al absorber energía y a veces se denominan contaminantes climáticos de corta duración. Los SLCF de enfriamiento, por otro lado, están compuestos principalmente de partículas de aerosol (por ejemplo, sulfatos, nitratos y aerosoles orgánicos) que enfrían el clima al reflejar más luz solar entrante”, según indica el informe.
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Entonces, ¿por qué son importantes de estudiar si duran tan poco en el clima? Algunos SLCF no afectan el clima directamente, pero los compuestos que producen son precursores de los gases contaminantes, además de que la mayoría son producidos por la actividad humana, en especial las que son basadas en la combustión. La agricultura o extracción de combustibles fósiles son actividades productoras de SLCF, por lo que se producen junto con las emisiones de CO2 y GEI.
Para que un componente químico influya en la atmósfera deben considerarse dos factores: su eficiencia radiativa, es decir, la capacidad que tiene para enfriar o calentar el clima; y segundo, su vida útil, el tiempo que permanece en la atmósfera. Los SLCF cumplen con la eficiencia radiativa suficiente como para causar impacto notable, por lo que sus efectos climáticos, a pesar de ser a corto plazo, han causado cambios en la atmósfera.
Actualmente, existe un equilibrio entre el calentamiento y enfriamiento de estos gases, pero puede que pierdan su balance en los escenarios futuros estimados por el reporte. Los SLCF que más duración tienen en la atmósfera son el metano y los halocarbonos de vida corta, los cuales pueden llegar a permanecer en la atmósfera hasta dos décadas, lo suficiente para mezclarse con el resto de gases en la atmósfera e incrementar su duración.
El reporte AR6 explica que el impacto de estos gases son distintos a nivel regional, dependiendo de sus niveles de emisiones por aerosoles. “Los aerosoles atmosféricos que se calientan o enfrían, como el BC y el sulfato, pueden afectar la temperatura y la precipitación de distintas formas al modificar la radiación de onda corta y de onda larga, la tasa de caída de la troposfera e influir en las propiedades microfísicas de las nubes. Una distinción importante entre la dispersión y la absorción de aerosoles es la naturaleza opuesta de sus influencias en la circulación, las nubes y la precipitación, además de la temperatura de la superficie”.
El fenómeno de la nieve oscurecida que ha sido cada vez más frecuente en zonas frías del planeta también es un efecto de los SLCF, ya que el carbono negro tiende a impregnarse en la superficie de la nieve, causando su aspecto oscuro y absorbiendo más energía solar, lo que provoca un mayor calentamiento.
El cambio climático y la calidad del aire están relacionados, más no significan lo mismo ni necesitan las mismas medidas de mitigación. Algunos de los métodos para mejorar la calidad del aire pueden provocar un efecto inverso en el clima, contribuyendo al calentamiento del mismo; al igual que algunas acciones para abordar el cambio climático pueden contribuir con la contaminación del aire.
“En 2016, la Organización Mundial de la Salud atribuyó 4.2 millones de muertes en todo el mundo cada año a la contaminación del aire ambiental (exterior). Mientras tanto, el cambio climático afecta los recursos hídricos, la producción de alimentos, la salud humana, los eventos extremos, la erosión costera, los incendios forestales y muchos otros fenómenos”, según el reporte AR6.
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Muchas de las actividades humanas que producen gases de efecto invernadero de larga duración también emiten SLCF, como la producción de energía, la agricultura, el transporte, procesos industriales, gestión de residuos y sistemas de calefacción y refrigeración.
A pesar de que las políticas para abordar el cambio climático pueden tener efectos positivos y negativos en la calidad dal aire, existen métodos que se basan en la filosofía de “ganar-perder.
“Por ejemplo, la quema de madera se define como carbono neutral porque un árbol acumula la misma cantidad de dióxido de carbono a lo largo de su vida que se libera cuando se quema la madera de ese árbol. Sin embargo, la quema de madera también puede resultar en emisiones significativas de contaminantes atmosféricos, incluidos monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, compuestos orgánicos volátiles y material particulado, que afectan local o regionalmente el clima, la salud humana y los ecosistemas”.
“Alternativamente, la disminución de la cantidad de aerosoles de sulfato producidos por las plantas de energía e industriales y del transporte marítimo mejora la calidad del aire, pero da como resultado una influencia de calentamiento en el clima, porque esos aerosoles de sulfato contribuyen a enfriar la atmósfera al bloquear la luz solar entrante”.
Es importante reconocer todos los componentes que afectan nuestro planeta y sus diferencias entre sí, en este caso, la calidad del aire y el cambio climático, pues ambos problemas deben ser abordados al mismo tiempo y con la misma urgencia, pero con metodologías diferentes que busquen el menor impacto negativo en el medio ambiente.
Puedes leer el sexto reporte del Cambio Climático (AR6) en inglés aquí.
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