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En 2008, el Distrito de Agua del Condado de Orange, en el sur de California (Estados Unidos), comenzó un esfuerzo para transformar las aguas residuales en agua potable.
En asociación con el Distrito Sanitario del Condado de Orange, el proceso utiliza microfiltración, ósmosis inversa y luz ultravioleta para purificar aguas residuales localmente generadas. El agua terminada se bombea a los acuíferos de las aguas subterráneas locales, donde se convierte en parte del suministro de agua potable municipal.
Actualmente, después de una inversión de unos $600 millones, el Sistema de Reposición de Agua Subterránea del distrito es el mayor productor, a nivel mundial, de aguas residuales purificadas.
Mediante una legislación especial, el distrito obtuvo la aprobación del estado para embotellar su agua potable reciclada. Esto afirma que ésta es la primera vez que las aguas residuales recicladas han estado disponibles en forma embotellada en Norteamérica. Por eso, la agencia planea una gira por California para dar este producto embotellado gratis al público.
La sección Water Deeply, del medio News Deeply, habló con Denis Bilodeau, quien ha servido en la junta directiva del Distrito de Agua del Condado de Orange durante 17 años y ahora es su presidente.
De la entrevista, se puede resumir lo siguiente:
Se decidió embotellar el agua reciclada porque querían llevar el producto al público y mostrarles que esta tecnología existe y que se está usando a gran escala. Llevan haciendo esto durante nueve años, pero querían involucrar a las personas nuevamente. Además esperan que su mensaje sea escuchado y que se construyan instalaciones similares a las de ellos en todo el sur de California.
Recientemente, establecieron un quiosco en Hollywood para entregarles el agua a los turistas y educarlos sobre lo que están haciendo y las reacciones han sido mixtas.
Algunas personas apoyan lo que están haciendo. También consideran que es algo necesario y que la tecnología existe para purificar el agua a un estándar que se puede considerar potable.
Para algunas personas, hay un “factor psicológico” que no pueden superar y se niegan a probarla.
Es por esto que realizaron grupos focales hace 15 años y decidieron que desde el principio, la mejor manera de obtener la aceptación del público, es acercarse a ellos y a menudo educarlos sobre lo que hacían. Son agencia gubernamental, no son una entidad con fines de lucro, y que por eso es muy importante ser sincero con el público acerca de cómo tratan el agua y por qué es necesario para la supervivencia y economía en el Condado de Orange.
El agua tratada por ellos es comparable al agua destilada. Esta última tiene un contenido mineral muy bajo, mientras que si uno compra agua embotellada, hay minerales añadidos para el gusto.
Ellos agregan un poco de carbonato de calcio de nuevo al agua, porque la que tratan por ósmosis inversa se “come” el metal. Así que para estabilizar el agua y evitar esa reacción, hay que añadir algunos minerales de nuevo en ella. Además, ésta es la fuente de agua más barata que se tiene. Es más barato que la desalación del océano y que importar agua desde el Delta de la Bahía de Sacramento y el Río Colorado (Estados Unidos).
Supuestamente el agua que uno consume ya está reciclada de una u otra forma. El señor Bilodeau lo confirma y explica que no hay “agua nueva” en el mundo. Es la misma agua que sólo se sigue reciclado una y otra vez.
Él comenta que cuando el agua se toma de un río o arroyo, esa agua ya ha sido descargada de una planta de tratamiento de aguas residuales río arriba. Fue tratada a un estándar federal y luego descargada a un río para tomarla nuevamente y servírsela a la gente.
A través del proceso de destilación natural, el agua se convierte en vapor en las nubes. Luego cae como nieve o lluvia y queda en los ríos. Esa agua se toma y es tratada en una planta de filtración que luego entra en un sistema de agua doméstica. Toda el agua se recicla.
Lo mejor de esto, es que el sistema es a prueba de sequía, porque siempre van a haber aguas residuales.
Para expandirse necesitan más dinero, como unos $280 millones en total. Ya cuentan con varias fuentes potenciales. Una de ellas es un programa del gobierno federal administrado por la EPA denominado Ley de Financiamiento e Innovación de la Infraestructura del Agua. Están en espera porque ellos prestan el 49% de lo que uno necesita, a una tasa de interés baja.
Para finales del 2018 esperan lograr expandirse, mientras tanto trabajan en los diseños para que cuando reciban la ayuda económica, puedan comenzar y terminar a tiempo.
Este artículo apareció en Water Deeply, puedes encontrar el original en inglés aquí. Para más noticias sobre los océanos puedes suscribirte a la lista de correos de Water Deeply.
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