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Tres comunidades californianas (Estados Unidos) han iniciado acciones legales contra algunas de las mayores compañías de petróleo, gas y carbón del mundo, buscando una compensación por los costos actuales y futuros de adaptación al aumento del nivel del mar relacionado con el cambio climático.
Los condados de San Mateo y Marin, las comunidades costeras del norte de California y la ciudad del condado de San Diego, Imperial Beach, han presentado denuncias contra 37 compañías, incluyendo Shell, Chevron, Statoil, Exxon y Total.
Afirman que las emisiones de gases de efecto invernadero de las actividades de las compañías de combustibles fósiles durante los últimos 50 años han generado aumentos sustanciales del nivel del mar, lo que causará daños de miles de millones de dólares a propiedades y negocios, además de poner en peligro vidas.
Según la denuncia, los acusados “saben desde hace casi 50 años que la contaminación de los gases de efecto invernadero por sus productos de combustibles fósiles tiene un impacto significativo en el clima y el nivel del mar”. En lugar de trabajar para reducir los impactos, la denuncia reclama que las empresas se involucraron en un “esfuerzo coordinado, de múltiples facetas para ocultar y negar su conocimiento de estas amenazas”.
Una portavoz de Shell dijo que
“creemos que el cambio climático es un desafío social complejo que debe ser abordado a través de una política gubernamental sólida y un cambio cultural para impulsar opciones de bajo carbono para las empresas y los consumidores, no por los tribunales“. El vocero de Statoil dijo que esta demanda no ha sido la primera en contra de la industria y que “los casos anteriores han sido desestimados porque (proporcionar energía mientras cumplen los compromisos climáticos) es un asunto político, no judicial”.
“Este es un momento sin precedentes para los litigios sobre el cambio climático“, dice Sophie Marjanac de los abogados de la campaña de Client Earth, que está monitoreando el caso.
La costa de California ya está experimentando los efectos del aumento del nivel del mar, dice Deborah Halberstadt, directora ejecutiva del Consejo de Protección del Océano del estado, que recientemente publicó un estudio sobre la amenaza del aumento de los mares. “La tasa de deshielo de las capas de hielo en Groenlandia y Antártida podría acelerarse rápidamente, llevando a un aumento extremo del nivel del mar, con impactos potencialmente catastróficos para California”, dijo.
Serge Dedina, el alcalde de Imperial Beach, una comunidad costera de bajos ingresos en el condado de San Diego, dice que hasta el 30% de la ciudad podría verse afectada por el cambio climático.
“Como la ciudad con más bajos ingresos y la tasa de pobreza más alta en el condado de San Diego, no tenemos capacidad para pagar las extensas medidas de adaptación”, comenta.
El supervisor de San Mateo, Dave Pine, dice que “si no se reducen las emisiones habrán impactos catastróficos”. Se estima que los daños potenciales a la propiedad en el condado pueden llegar a $39 mil millones y los afectados a más de 100,000.
Esta no es la primera vez que las compañías de combustibles fósiles se enfrentan a acciones legales contra el cambio climático. Kivalina, una comunidad en Alaska de menos de 400 habitantes, presentó una demanda en 2008 contra compañías petroleras, entre ellas BP y Chevron. La demanda, de $400 millones, era para reubicar a su pueblo ante el aumento del nivel del mar. No tuvieron éxito y su caso fue desestimado sobre la base de que se trataba de una cuestión política y no de una cuestión judicial.
Si bien todas las partes reconocen que la reclamación es probable que se prolongue, la sensibilización es un elemento importante. “Este tipo de litigio es una herramienta vital en el esfuerzo de difusión para obligar a las compañías petroleras a cambiar sus modelos de negocio”, dice Jeremy Leggett, fundador de la compañía de energía solar Solarcentury.
Exxon, Total, Shell y Statoil ya están haciendo algunos cambios lejos de los combustibles fósiles.
Leggett ve diferentes niveles de seriedad entre los grandes jugadores.
“Ninguna empresa ha admitido que el juego ha terminado todavía. Algunos han realizado apuestas en forma de importantes inversiones en energía limpia, en particular Total y Statoil.“, dijo.
“El resultado final es que estas compañías se aferran a un modelo de negocio anticuado que no es compatible con un clima seguro y comunidades habitables”, comenta Kelly Mitchell, directora de clima y energía para Greenpeace (EE. UU.).
Este texto apareció originalmente en The Guardian, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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