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Éste es un artículo de opinión, su contenido expresa la postura de su autora Pradeep Kurukulasuriya.
Vivimos en un mundo de verdades sutiles, espacios de atención reducidos, prioridades en competencia y fuerzas sociales y políticas complicadas. Estas mismas fuerzas amenazan con interrumpir nuestro camino a un futuro de bajas emisiones de carbono y resiliente al clima. A los medios independientes se les da la tarea monumental de buscar la verdad y disipar la ciencia y noticias falsas.
Además, la tarea más importante de los medios de comunicación es construir un consenso sobre el hecho de que si no hacemos algo en relación con el cambio climático, amenazamos con descarrilar logros económicos, ambientales y sociales de los últimos 30 años, y crear un gran lío para las futuras generaciones. Ésta es una de las historias más importantes del siglo 21, y una que sospecho, definirá el registro histórico de nuestra sociedad.
A medida que los países de todo el mundo se reúnan en noviembre para las conversaciones sobre el clima en Bonn (Alemania), reafirmarán la necesidad de respetar el Acuerdo de París, de mantener la temperatura global por debajo de los 2°C y alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de “erradicar la pobreza en todas sus formas y en todas partes” para 2030.
Los medios de comunicación tienen la oportunidad de servir un bien público esencial y compartir la ciencia, historias humanas y aspectos financieros de nuestro clima cambiante.
Al trabajar en el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y brindar apoyo a las comunidades y a los gobiernos de todo el mundo para adaptarse al cambio climático, los periodistas tienen un papel fundamental que desempeñar para compartir información y conocimientos precisos y esenciales sobre el tema. Para ello, necesitan ampliar la labor que ya se ha iniciado para examinar críticamente y transmitir información sobre cómo las sequías, las inundaciones, el clima extremo, el aumento de los mares y el aumento de las temperaturas están afectando a las economías, la salud, la agricultura, el agua, conflictos sociales, etc.
Algo fundamental es que también tienen que ver cómo el desarrollo humano básico, poner fin a la pobreza y garantizar la seguridad alimentaria, puede ayudarnos en nuestro camino para cumplir los objetivos del Acuerdo de París.
Los medios de comunicación, tienen un papel singular, comunicando no sólo la ciencia o las políticas, sino historias reales sobre personas cuyas vidas y medios de subsistencia están siendo afectados por el cambio climático.
Por ejemplo, Mohamed Ismail Yasin, que recientemente huyó de una sequía en Somalia, viajando unos 600 kilómetros en medio del desierto para encontrar agua. Y claro, el viaje de Mohamed resalta el riesgo real de una sequía y otros eventos climáticos, especialmente en el mundo en desarrollo donde cosas como la migración climática, la sequía y las inundaciones toman vidas, socavan los esfuerzos para construir estabilidad y generar más pobreza.
Los medios de comunicación necesitan compartir estas historias de riesgo. Pero también necesitan descubrir historias de esperanza. Después del viaje de Mohamed, llegó a una presa de arena construida por el gobierno de Somalia (África). Le salvó la vida y sin duda contribuirá a un futuro mejor para su familia.
Pero la historia de esta intervención sencilla, fuera del alcance de muchos de los altos costos iniciales, no es sólo una buena historia del viaje de un hombre. Es una historia de cómo la comunidad internacional, a través de financiamiento a instituciones financieras internacionales como el Fondo Mundial para el Medio Ambiente y el Fondo Verde del Clima, puede unirse para reducir los riesgos, la migración climática y dar esperanza a personas como Mohamed.
Mediante un informe responsable, los medios de comunicación independientes pueden ayudar a crear las conexiones necesarias y el apoyo político a las naciones para agilizar políticas “inteligentes para el clima”, crear planes nacionales de adaptación eficaces, reducir las emisiones de carbono a través de sus contribuciones nacionales determinadas y permitir diálogos nacionales vitales que informarán sobre un futuro resiliente al clima.
En este sentido, los medios de comunicación sirven como constructores de puentes y corredores de conocimiento para conectar a los actores esenciales que deben reunirse para asegurar que el financiamiento climático internacional se invierta adecuadamente, que las acciones climáticas sean efectivas y sostenibles. Que los diversos niveles de gobiernos, el sector privado y las comunidades en riesgo, puedan unirse para construir el tipo de cambio transformacional necesario para cumplir con las metas establecidas en París.
Con tantos de los que están al frente del impacto del cambio climático, inevitablemente pobres y marginados, los medios también juegan un papel esencial en la ampliación de los mensajes y sirven como voz para quienes no la tienen.
En una era en la que el futuro del mundo puede ser determinado en 140 caracteres o menos, los medios de comunicación necesitan esforzarse para enseñarnos, para informarnos, para ‘sacar a la luz’ historias invisibles y a menudo silenciosas del cambio climático. El poder del colectivo y las alianzas es tan importante para construir el consenso que tanto necesitamos para crear un futuro resiliente al clima y un planeta más verde para las generaciones venideras.
Este texto apareció originalmente en Thomson Reuters Foundation, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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