Cambio Climático Recap 2024: un año de clima extremo
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- Traducido por Mónica Gálvez - Fuente Euronews - Foto Deepak Sharma/AP
Después de que se batieran récords de calor y un torrente de fenómenos meteorológicos extremos sacudiera a innumerables países en 2023, algunos científicos del clima creían que el fin del patrón climático de El Niño significaba que 2024 sería un poco más frío.
No sucedió así.
Se espera que este año se rompa el récord de temperatura media global de 2023 y los efectos del calentamiento (huracanes más potentes, inundaciones, incendios forestales y calor sofocante) han trastocado vidas y medios de vida.
Enero: Inicio de año turbulento
A medida que el nivel del mar sube, el agua salada del océano Pacífico invade el delta del Mekong en Vietnam, dañando la agricultura y a los agricultores y vendedores que dependen de ella. La vida de quienes ahora viven en el Mekong (remando a través de los mercados y trabajando y durmiendo en casas flotantes) está cambiando rápidamente.
En Tahití, la llegada de los Juegos Olímpicos de París este año significó que se construyeran estructuras gigantes en uno de sus arrecifes más preciados. Los arrecifes sustentan la vida de las criaturas marinas y, a su vez, de la gente de la isla.
Febrero: Agricultura afectada
En muchas partes del mundo, hubo impactos cuando la agricultura se cruzó con el cambio climático.
En España y otros países europeos, los agricultores estaban molestos por el aumento de los costos de la energía y los fertilizantes, las importaciones agrícolas más baratas que ingresaban a la Unión Europea y las regulaciones sobre pesticidas, argumentando que todos estos cambios podrían obligarlos a cerrar el negocio.
En Kenia, el acceso al agua siguió siendo una lucha para muchos, mientras que los pescadores de la costa india de Mumbai tuvieron que lidiar con un mar Arábigo que se calentaba rápidamente.
Sin embargo, hubo puntos positivos, como el uso creciente de técnicas agrícolas naturales que son más resistentes a los choques climáticos.
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Marzo: La lucha por conseguir agua
Según las Naciones Unidas, más de dos mil millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a agua potable gestionada de manera segura, una dura realidad que se experimenta en muchos lugares.
En Brasil, algunos residentes recogieron agua mientras bajaba de una montaña, mientras que en la India otros llenaron jarras de un desagüe de la calle.
Beber de esas fuentes puede provocar muchas enfermedades transmitidas por el agua.
Abril: Lucha por sobrevivir
Para la tribu ojibwe de los Estados Unidos, la pesca submarina es una tradición importante, que mantuvieron este año frente al cambio climático.
Al mismo tiempo, en otras partes del mundo, el impacto del cambio climático fue tan grave que simplemente sobrevivir era la mejor esperanza.
Tal fue el caso de Kenia, donde las inundaciones se cobraron vidas y obligaron a muchos a evacuar, y en un pueblo de la India donde las inundaciones son tan constantes que los residentes se ven desplazados constantemente.
Dubai también fue afectado por las fuertes lluvias, causando graves inundaciones en la ciudad turística y afectando, no solo a las comunidades costeras, sino a la industria turística y comercial.
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Mayo: Comunidades obligadas a abandonar sus hogares
Cuando las fuertes lluvias provocaron inundaciones masivas en Uruguay y Brasil, los residentes se vieron obligados a abandonar sus hogares. En ambos lugares, la mayoría de la gente probablemente regresó y pudo reconstruir sus vidas. En otros lugares, no hubo vuelta atrás.
Tal fue el caso de la Nación Indígena Quinault en los EE.UU., en proceso de ser reubicada tierra adentro mientras la erosión costera amenazaba sus hogares.
La isla Gardi Sugdub frente a la costa de Panamá se enfrentó a un destino similar: cientos de familias se están reubicando en el continente a medida que aumenta el nivel del mar.
En cuanto a la calidad del aire, los niveles de contaminación del aire se dispararon en regiones de Centroamérica, marcando niveles peligrosos para la salud.
Junio: El calor extremo golpea al mundo
Desde México hasta Pakistán y más allá, las altas temperaturas golpearon duramente a la gente. Incapaces de encontrar alivio, algunos sudaban profusamente mientras que otros terminaron hospitalizados.
Muchos morirían, como en Arabia Saudita, donde las enfermedades relacionadas con el calor mataron a más de 1,300 personas durante la peregrinación anual del Hajj.
El calor no solo afectó a las personas, sino también a los océanos y a los animales, poniendo en riesgo algunos de los ecosistemas con mayor biodiversidad del mundo, como las Islas Galápagos de Ecuador.
Julio: California en llamas
El aumento de las temperaturas y las sequías prolongadas crean condiciones para que se produzcan más incendios forestales y de mayor duración.
Uno de los lugares que se ve duramente afectado es el estado de California en Estados Unidos. Este año no fue la excepción.
Los incendios forestales quemaron más de 400,000 hectáreas, devoraron cientos de casas y obligaron a miles de personas a evacuar. Como ocurre en todos los incendios, innumerables animales también perecieron o se vieron obligados a abandonar sus hábitats.
Agosto: No tan malas noticias
A pesar de toda la destrucción que causó el cambio climático en 2024, la madre naturaleza mostró su belleza.
Eso quedó en evidencia en Churchill, Manitoba, una ciudad del norte de Canadá que se deleita con su título no oficial de capital mundial del oso polar.
Como cada año, los turistas disfrutaron de impresionantes vistas de la bahía de Hudson, observaron a las ballenas beluga nadar y, por supuesto, entraron en contacto con osos polares.
Septiembre: Más inundaciones
El agua es fundamental para los seres humanos y los animales, pero también puede acabar con la vida y dejar un rastro de destrucción. En 2024, hizo ambas cosas.
Las escenas fueron impactantes: estudiantes en la India usando una cuerda para cruzar una calle inundada (foto de portada), una niña en Cuba flotando en un contenedor y nigerianos vadeando las aguas de la inundación después de que una presa colapsara a raíz de fuertes lluvias.
Octubre: La sequía también se hizo presente
Durante todo el año, hubo demasiada agua en algunos lugares y no suficiente en otros, algo cada vez más común a medida que el cambio climático altera los patrones climáticos naturales.
En el desierto del Sahara en Marruecos, las fuertes lluvias dejaron dunas de arena con charcos de agua. Por el contrario, la región amazónica en América del Sur, normalmente exuberante como una zona mayoritariamente tropical, sufrió una sequía severa.
España también sufrió unas de sus peores temporadas de lluvias, especialmente en Valencia, donde inundaciones repentinas dejaron a la ciudad desplazada, cientos de muertes y desaparecidos.
Noviembre: Destrucción de ciudades
En todo el mundo, numerosas tormentas desataron vientos poderosos y arrojaron grandes cantidades de agua.
El resultado fueron edificios y casas que parecían haber sido golpeados por una bola de demolición, ropa y otros artículos del hogar cubiertos de barro y esparcidos por el suelo, y residentes caminando por las aguas de la inundación.
Diciembre: ¿Estamos preparados para 2025?
A medida que se acercaba el final de 2024, la llegada del invierno al hemisferio norte significó un alivio del calor en forma de temperaturas frías y escenas idílicas como árboles cubiertos de nieve.
Pero también hubo recordatorios de que el calentamiento global ya había alterado tanto la Tierra que los desastres provocados por el clima, como los incendios forestales arrasadores incluso durante los meses de invierno, nunca están lejos.
Si bien es imposible predecir cuándo y dónde puede ocurrir un desastre, una cosa es casi segura en 2025: las tormentas, las inundaciones, las olas de calor, las sequías y los incendios forestales continuarán.
Este texto apareció originalmente en Euronews.