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A fines de agosto, en dos días, cayó la lluvia de un mes en la ciudad portuaria de Karachi, en el sur de Pakistán; dejando a los residentes con el agua hasta la cintura. Se calcula que murieron 40 personas y se interrumpieron los suministros de electricidad, teléfonos y agua durante días. Un desastre que se cree que causó daños por $2,800 millones.
Ahora las autoridades de la ciudades de Karachi y Sindh están creando el primer plan de gestión de inundaciones de la ciudad, en un esfuerzo por garantizar que ese desastre no vuelva a suceder.
El plan consiste en despejar el enorme sistema de drenaje de aguas pluviales de la ciudad, que gradualmente se ha bloqueado con basura y se han visto salidas al mar limitadas por la construcción ilegal a lo largo de los canales de drenaje.
“Actividades de desarrollo imprudentes alrededor de los desagües pluviales y el sistema de alcantarillado de la ciudad ahora literalmente estrangulan los sistemas naturales de drenaje de la ciudad, cuyo impacto es una inundación urbana más pronunciada”, dijo Noman Ahmed, un planificador urbano y presidente del departamento de arquitectura y planificación de la Universidad de Ingeniería y Tecnología NED en Karachi.
Hasta hace poco las arterias de drenaje de Karachi, han trabajado más o menos eficazmente para transportar agua de lluvia y aguas residuales a través de la ciudad y descargar el efluente, la mayoría sin tratar, al mar.
Pero la metrópoli ahora produce 12,000 toneladas de basura por día, y se espera que aumente a 16,000 toneladas para 2020, según el Consejo de Administración de Desechos Sólidos de Sindh.
De esto, “solo se recoge el 10%, dejando lo restante para que termine en los sistemas de drenaje y alcantarillado de la ciudad por falta de fondos”, dijo A.D. Sanjani, director gerente del consejo.
Dijo que recolectar y eliminar todos los desechos en los vertederos costaría alrededor de $276,000 por día, dinero que la ciudad no tiene para gastar.
Abdul Rashid, director de la oficina del Departamento Meteorológico de Pakistán en Karachi, dijo que las precipitaciones a fines de agosto no fueron tan intensas como para haber causado una inundación tan generalizada.
La ciudad sobrevivió a dos lluvias monzónicas más pesadas de 200 mm en 1977 y 166 mm en 1979 (la de agosto fue de 100mm), sin una inundación grave, dijo. El desastre de este año fue un problema creado por el hombre, agregó.
En su pronóstico del monzón de verano para este año, publicado en junio, su agencia advirtió sobre las probables lluvias monzónicas irregulares que podrían desencadenar inundaciones. Pero las autoridades de la ciudad no lograron despejar las redes de drenaje atascadas a tiempo, dijo el científico.
El alcalde de Karachi Metropolitan Corporation, Washim Akhtar, dijo que las inundaciones han despertado al gobierno provincial ante la necesidad de establecer un plan para evitar tales desastres en el futuro. Ese plan ahora está siendo desarrollado por funcionarios metropolitanos y provinciales, con el respaldo de organizaciones no gubernamentales, dijo.
En agosto, unas dos semanas antes de la inundación, el primer ministro Shahid Khaqan Abbasi anunció unos $237 millones para un paquete de desarrollo en Karachi; diseñado en parte para reformar la infraestructura pública de la ciudad, incluidos sus sistemas de alcantarillado y drenaje.
El esfuerzo tiene como objetivo hacer que la ciudad sea más resistente a los fenómenos meteorológicos extremos, en particular las inundaciones, los ciclones y los impactos del aumento del nivel del mar.
Cualquier plan eficaz para enfrentar el riesgo de inundación debe incluir restricciones a la construcción en los desagües o cerca de ellos y una expansión de la recolección de basura en la ciudad, dijo Zahid Farooq, director del Urban Resource Center, una organización no gubernamental con sede en Karachi que promueve la planificación urbana resiliente.
Según la autoridad Sindh Katchi Abadi, la ciudad tiene casi 5,640 áreas marginales, la mayoría de ellas construidas a lo largo de los desagües pluviales de la ciudad.
“Cualquier plan oficial que aborde estos problemas y conduzca a programas de gestión de residuos sólidos destinados a despejar estos desagües pluviales de los años de desechos vertidos en ellos, ayudarán a aumentar la capacidad de recuperación urbana de las inundaciones”, dijo Farooq.
Este texto apareció originalmente en Thomson Reuters Foundation, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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