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Un sistema de cultivo vertical patentado por AeroFarms, que permite cultivar sin tierra y con un 95% menos de agua que la necesaria para la producción tradicional, acaba de cerrar una ronda de inversión de $40 millones. La multinacional IKEA y el chef David Chang, fundador del Momofuku Group, figuran entre los nuevos apoyos de la compañía estadounidense. Esta empleará la cantidad recaudada en extender sus investigaciones y en expandir alrededor del mundo sus granjas que, aseguran, obtienen una productividad superior que las de convencionales.
“Estamos felices”, celebra en un comunicado David Rosenberg, cofundador y máximo responsable de AeroFarms, empresa que se declara capaz de responder a desafíos como el incremento de la población, especialmente en áreas urbanas, la falta de agua y de tierras de cultivo, la seguridad alimentaria, e incluso el hambre, que aún padecen al menos 815 millones de personas, según la FAO (Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas).
Para avanzar en todo lo anterior, la empresa apuesta por su sistema de cultivo patentado, con el que busca un replanteamiento de la agricultura a través de granjas verticales y de interior capaces de producir alimentos “sabrosos, seguros, saludables y de un modo sostenible y socialmente responsable”.
Para ello, este sistema aspira a convertirse en un activo para productores locales, a los que ofrece la posibilidad de cultivar durante todo el año “desafiando las tradicionales temporadas de cultivo”. Más allá, estas granjas verticales permiten que los alimentos crezcan con un 95% menos de agua de la que se emplearía para un cultivo tradicional, y con un 40% menos que en el caso de un sistema hidropónico. Todo esto lo logra AeroFarms con el uso de aeroponía para esparcir sobre las raíces en un circuito cerrado agua, nutrientes y oxígeno.
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Pero además de ahorrar agua, estas granjas ayudarían a predecir los resultados, a acelerar las cosechas y a obtener productos de calidad superior y con un menor coste para el medio ambiente. Todo esto se lograría con distintas incorporaciones a las granjas verticales, entre ellas un sistema de iluminación LED con el que el control sobre la iluminación de cada planta se extiende al espectro, la frecuencia y la intensidad de luz. De esto modo, cada especie recibe la luz que necesita para la fotosíntesis con la mayor eficiencia energética posible.
Además de monitorear decenas de miles de puntos de información en cada cosecha, estas granjas vigilan permanentemente los nutrientes de las plantas. Con todo este despliegue, según asegura AeroFarms, los tiempos de producción se acortan a la mitad y, lo más significativo, la productividad por pie cuadrado se elevaría hasta en 390 veces respecto a las granjas de tierra.
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Este sistema, fácilmente escalable, se prueba ya en nueve granjas construidas hasta ahora por AeroFarms, empresa que prevé seguir extendiendo sus áreas de cultivo gracias a esta nueva ronda de financiación. En ella, ha participado, entre otros, la compañía de inversión Meraas, radicada en Dubai, además de IKEA y el fundador de Momofuku.
“Momofuku siempre ha abogado por los productores locales y está en la búsqueda permanentes de soluciones innovadoras que mejoren la calidad y la sostenibilidad de nuestras prácticas”, explica el chef David Chang su decisión de apoyar este sistema de cultivo. Con él, AeroFarm seguirá trabajando para “construir granjas medioambientalmente responsables alrededor del mundo, que hagan posible la producción local y que nutran a nuestras comunidades con comida segura, nutritiva y deliciosa”.
Este texto apareció originalmente en EcoInventos, puedes encontrar el original aquí.
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