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El almacenamiento de energía a gran escala es uno de los mayores desafíos que enfrentan las energías renovables, pero un reciente descubrimiento podría cambiar totalmente esta situación. Un equipo de científicos, liderados por el profesor Sri Narayan, han desarrollado un nuevo tipo de batería de larga duración que es barata de construir, orgánica (ya que está basada en agua) y además se fabrica con componentes no tóxicos, dejando de lado químicos y metales. Este tipo de batería, que por cierto también es recargable, se podría utilizar en centrales de energía, donde serviría para almacenar grandes cantidades de electricidad.
Si bien la energía solar y la energía eólica están un poco limitadas por el viento y la luz solar disponible, este tipo de baterías permitirán realizar almacenamientos a gran escala, lo cual a su vez abrirá nuevas puertas para las energías alternativas, ya que serán mucho más fiables. La batería, que por cierto no tiene nombre aún, es capaz de soportar hasta 5000 ciclos de recarga, mucho más que las baterías tradicionales de ion de litio sin lugar a dudas, que solo soportan unos 1000 ciclos. Eso no es todo: este nuevo tipo de batería es mucho más barata a la hora de ser fabricada, costando unas 10 veces menos en comparación.
El diseño funciona de forma similar a las celdas de combustible, mientras que la capacidad puede ser muy grande o muy pequeña, según necesite el usuario. Eso no es todo, porque la energía puede ser liberada lenta o rápidamente. Los materiales electroactivos que la componen se disuelven en agua, así que no hay necesidad de usar químicos ni nada por el estilo. Esto presenta ventajas a la hora de fabricarla y también es una ventaja para la ecología.
Todavía no sabemos cuándo estarán disponibles comercialmente, pero esperamos que no demoren mucho.
Este texto apareció originalmente en Ecología Hoy, puedes encontrar el original aquí.
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