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La naturaleza es tan perfecta que en ella podemos encontrar la solución a prácticamente todo. Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México desarrollaron un proceso para utilizar energía solar en el tratamiento de aguas residuales.
De acuerdo con diferentes reportes se ha notado que tanto en el agua residual como en la potable, hay restos de materiales orgánicos como triclosán, resorcinol, edulcolorantes, ibuprofeno, naproxeno, entre otras sustancias dañinas para la salud de diferentes seres vivos.
Para lograr la descontaminación del agua se utiliza la fotocatálisis heterogénea solar en la que se utilizan fotocatalizadores como óxidos y sulfuros. La energía ultravioleta activa el fotocatalizador provocando reacciones químicas que liberan radicales hidroxilo. Éstos oxidan los contaminantes orgánicos limpiando el agua residual e incluso la potable.
Mediante este proceso fue posible oxidar el triclosán, este es un producto que se encuentra en algunos desinfectantes, pastas dentales y otros productos de cuidado personal. Es muy común que se encuentre en el agua y su presencia en ella ha ido creciendo de forma alarmante.
Una de las ventajas de la tecnología desarrollada por la UNAM es que podría aplicarse tanto de forma casera, comercial e incluso industrial. El agua potable no está libre de estos contaminantes así que sería un excelente tener un reactor fotocatalítico en casa para un tratamiento extra antes de consumirse.
Los reactores con los que han venido trabajando tienen una capacidad de tratamiento de 20 y 100 litros de agua por ciclo con un reactor fotocatalítico autónomo en términos de energía. Al no requerir una fuente de energía eléctrica, el proceso es ecológico.
Este texto apareció originalmente en VeoVerde, puedes encontrar el original aquí.
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