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Es un hecho que los océanos cada vez están siendo más cálidos y más ácidos. Las grandes cantidades de dióxido de carbono presentes en la atmósfera -causantes del efecto invernadero- han modificado el ph y la temperatura de las aguas, lo que está afectando solo a la población de moluscos, sino que a todo el ecosistema marino, por lo que además se espera una variación en las especies y cantidades de peces que bordeen las costas.
Además del daño medioambiental, esto podría afectar las bases económicas de muchas regiones costeras alrededor del mundo, más aún a aquellas comunidades cuya base sustentable depende de las cosechas de mariscos.
¿Por qué? De acuerdo a un reciente estudio publicado en la revista Nature sobre la vulnerabilidad y adaptación de los moluscos a la acidificación de los océanos, al disminuir el pH del agua, los moluscos se desarrollan mucho más lento que en un pH idóneo para su crecimiento. Incluso sus conchas pueden sufrir alteraciones, presentando un crecimiento más paulatino lo que les provoca además otros problemas que podrían terminar causándoles la muerte.
Lograr una solución definitiva a este problema a largo plazo requiere de décadas de reducción de dióxido de carbono. Mientras tanto, se necesitan medidas de adaptación y mitigación factibles y pertinentes a nivel local.
Investigaciones como éstas no solo entregan herramientas para combatir el daño ecológico, sino también para integrar las ciencias naturales con las sociales y así identificar acciones y otras oportunidades a tiempo, mientras científicos y políticos trabajan aún en etapas tempranas de desarrollo de planes de investigación y en las respuestas a la acidificación del océano.
En el noroeste del océano Pacífico, la industria de la ostra, por ejemplo, ha sido fuertemente golpeada por este problema en los últimos 10 años, pues estas especies no eran capaces de subsistir en estas aguas y morían en los mismos criaderos, poniendo en riesgo una industria avaluada en $272 millones y que ofrece más de 3.200 puestos de trabajo.
Asimismo, la acuicultura deberá encontrar otras formas o posibles soluciones para adaptarse a la disminución del pH de los océanos, si no, se verá altamente perjudicada y devastada. Y no sólo eso, también se deberá preparar a las comunidades costeras, informándolas acerca de este problema para que puedan hacer inversiones y planificaciones para el futuro con tiempo que les permita mitigar una eventual crisis.
Este texto apareció originalmente en VeoVerde, puedes encontrar el original aquí.
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