Suscríbete
Se ha aprobado una nueva ley en Francia la cual prohíbe que las tiendas de abarrotes tiren la comida sin vender. Si todavía es seguro comerla, la comida debe ser donada a la caridad y si no deben darla a los granjeros para alimentar a los animales o para composta.
A los supermercados ya no se les permitirá destruir intencionalmente los alimentos no vendidos para evitar que la gente se los coma. Hay muchas personas que se alimentan de alimentos en los contenedores detrás de las tiendas porque quieren aprovechar la comida perfectamente comestible que se arroja a diario. Sin embargo, algunas tiendas se toman represalias, ya sea bloqueando los contenedores o vertiendo blanqueador en ellos como un elemento disuasivo, una práctica que Guillaume Garot, ex ministro de alimentos francés que propuso el nuevo proyecto de ley, califica de “escandalosa”.
Cualquier tienda de más de 400,000 metros cuadrados tiene hasta julio de 2016 para firmar acuerdos con organizaciones benéficas, o se enfrentan a multas de hasta 75,000 euros.
La mayor parte de estos residuos se producen en la etapa de consumo final. The Guardian informa que “la persona francesa promedio arroja entre 44–66 libras de alimento al año, 15 libras de las cuales está todavía en su envoltura”. Los compradores estadounidenses tiran aproximadamente una quinta parte de todo lo que compran en la tienda de comestibles, de acuerdo con el documental llamado “Just Eat It”.
No todos están contentos con la nueva legislación.
Los supermercados no lo están porque sus residuos de alimentos representan sólo del 5 al 11% de las 7.1 millones de toneladas de alimentos desperdiciados anualmente en Francia. Por el contrario, los restaurantes pierden un 15% y los consumidores un 67%.
“La ley está equivocada tanto en el objetivo como en la intención,” argumenta Jacques Creyssel, jefe de la organización de distribución de grandes supermercados. “Las tiendas grandes ya son las donantes de alimentos destacadas”.
Las organizaciones benéficas deben estar preparadas para hacer frente a la creciente afluencia de alimentos frescos, con refrigeración adecuada, capacidad de almacenamiento y camiones, aunque no serán responsables de seleccionar alimentos podridos para salvar lo comestible ya que debe llegarles lista para comer.
A pesar de los detractores, la nueva ley de Francia está a un paso en la dirección correcta. El desperdicio de alimentos necesita convertirse en algo socialmente abominable, como arrojar basura al suelo. Si la legislación es lo que se necesita para que la gente piense en la conservación y lo comestible, entonces no tiene nada de malo.
Este texto apareció originalmente en TreeHugger, puedes leer el original aquí.
Suscríbete a nuestro boletín
Lo más importante en tu buzón cada semana