¿Energía 100% renovable? ¡Sí es posible!
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- Traducido por Redacción - Fuente Ecowatch.com - Foto por Paul Cross/ Flickr
Para Richard Heinberg y David Fridley sí es posible un mundo funcionando al 100% con energía renovable. Ellos creen que si la transición a la energía renovable fuera exitosa, se lograrían ahorros en los gastos de energía necesarios para la producción económica. Que todos serían recompensados con una calidad de vida aceptable, un clima más estable y mejor salud.
Ambos consideran que se necesitarán al menos tres décadas para dejar completamente atrás los combustibles fósiles y cambiar el estilo de vida, pero de que se puede, se puede y por eso hay que comenzar con lo más fácil. Heinberg comenta: “dado que la revolución de la energía renovable requerirá el comercio de fuentes de energía actualmente dominantes (combustibles fósiles) para los alternativos (principalmente eólica, solar, hidroeléctrica, geotérmica y biomasa) que tienen características diferentes, es probable que haya algunos retos fuertes en el camino”.
David Fridley es científico en el programa de análisis de energía del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley y Richard Heinberg es un ecólogo y profesor universitario especializado en temas de medio ambiente y el uso de energía. Ellos han estado trabajando en su libro Our Renewable Future en el cual están plasmando sus análisis y evaluaciones de los diferentes planes para lograr esa transición.
A continuación se presenta un resumen de lo que han encontrado y las ideas claves que ellos presentan para conseguir esa transición.
Casi todo el mundo está de acuerdo en que la forma más fácil de iniciar la transición sería sustituir el carbón por la energía solar y la eólica para generar electricidad. Eso requeriría construir un montón de paneles y turbinas en lo que se termina el carbón. Lo que ayudaría sería la distribución de la energía con paneles solares en la azotea y también con baterías domésticas o de negocios. El reemplazo del gas natural será más difícil, ya que a menudo se usan plantas de “calentamiento” a gas para amortiguar la intermitencia de los insumos eólico y solar de escala industrial a la red. Dado que la energía solar y el viento producen electricidad, tiene sentido electrificar tanto del consumo de energía como se pueda. Por ejemplo, se podría calentar y enfriar la mayoría de los edificios con bombas de calor eléctricas de fuente de aire, reemplazando los hornos de gas natural o de petróleo. También se podría cambiar las estufas de gas por cocinas eléctricas.
Se podría reducir sustancialmente el consumo de petróleo si todos condujeran automóviles eléctricos, aunque reemplazar 250 millones de automóviles con gasolina llevará tiempo y dinero. Sería bueno promover que se camine, que se pueda andar en bicicleta y utilizar el transporte público, eso tomaría mucho menos tiempo e inversión. Los edificios requerirán adaptaciones drásticas para ser eficientes. Los códigos de construcción deben ser reforzados para requerir un rendimiento neto de energía cero para la nueva construcción. El sistema alimentario consume una gran cantidad de energía porque utiliza combustibles fósiles para la fabricación de fertilizantes, procesamiento de alimentos y transporte. Eso se podría reducir al aumentar la cuota de mercado de los alimentos orgánicos locales. También se podría comenzar a “secuestrar” enormes cantidades de carbono atmosférico en la capa superficial del suelo promoviendo prácticas agrícolas que construyen el suelo en lugar de agotarlo.
Si se logra un buen comienzo en todas estas áreas, se lograría al menos una reducción del 40% en las emisiones de carbono en 10 a 20 años.
La tecnologías solar y eólica tienen un inconveniente ya que proporcionan energía de forma intermitente. Cuando lleguen a ser fuentes dominantes, se tendrá que acomodar esa intermitencia de varias maneras. Se necesitarían cantidades sustanciales de almacenamiento de energía a nivel de la red, así como una importante revisión de la red eléctrica para lograr que el sector eléctrico se aproxime al 100% de fuentes renovables. También se tendría que empezar a sincronizar el consumo de energía para que coincida con la disponibilidad de luz solar y energía eólica.
Gran parte del sector manufacturero ya funciona con electricidad, pero hay excepciones y algunas de ellas ofrecerán importantes desafíos. Se necesitará un esfuerzo considerable para reemplazar los materiales industriales basados en combustibles fósiles, reciclar los materiales no renovables y reducir significativamente la necesidad de la minería.
Al hacer todo eso y construir más paneles solares y turbinas eólicas se podría lograr una reducción aproximada del 80% en emisiones.
Terminar con el último 20% de consumo actual de combustibles fósiles va a tomar aún más tiempo, investigación, inversión y una adaptación mucho más conductual.
El sector de comunicaciones utiliza minería y procesos de alta temperatura para la producción de teléfonos, computadoras, servidores, cables, torres de celulares, etc., lo que presenta algunos problemas realmente difíciles. La única buena solución a largo plazo en este sector es hacer los dispositivos para que duren bastante tiempo y después repararlos, reciclarlos completamente y remanufacturarlos cuando sea absolutamente necesario. Internet podría mantenerse a través del tipo de redes asíncronas de baja tecnología que ahora están siendo pioneras en los países pobres, usando relativamente poca energía. Un ejemplo podrían ser las redes AirJaldi en la India, que proporcionan acceso a Internet a unos 20.000 usuarios remotos en seis estados, utilizando principalmente la energía solar.
Para acabar con el petróleo por completo se requerirán de costosos sustitutos como células de combustible o biocombustibles, pero de una forma u otra, el comercio mundial tendrá que reducirse. No hay un sustituto adecuado para los combustibles de aviación. Los aviones que funcionan con hidrógeno o biocombustibles son una posibilidad cara, al igual que los dirigibles llenos de helio (no renovable).
Habrá que poner mucha atención a los vínculos interdependientes y a las cadenas de suministro que conectan diversos sectores (las comunicaciones, la minería y el transporte constituyen la mayor parte de lo que se hace en las sociedades industriales). Algunos enlaces en las cadenas de suministro serán difíciles de sustituir y las cadenas se pueden romper. La buena noticia es que si se logran todas estas cosas, se puede llegar más allá de cero emisiones de carbono. Es decir que con el “secuestro” de carbono en suelos y bosques, se podría reducir el carbono atmosférico con cada año que pasa.
En su análisis, ellos creen que la economía renovable probablemente será más lenta y más local, más conservadora que de consumo y presentará una desigualdad mucho menor. El crecimiento económico puede revertirse a medida que disminuye el consumo per cápita y si se quiere evitar una crisis financiera y tal vez también una revolución, quizás se necesite un principio organizador económico diferente.
Cada nación enfrentará desafíos y oportunidades diferentes. Lo más importante es entender que esta transición no es opcional. Es hora de hacer un plan y aunque esté incompleto hay que comenzar con él y revisarlo a medida que se va avanzando.
Este texto apareció originalmente en Ecowatch, puedes encontrar el original en inglés aquí.