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El Rey de Marruecos pondrá en marcha la segunda fase de una planta de energía solar concentrada que se convertirá en la más grande del mundo cuando se complete.
La central eléctrica se encuentra en el borde del desierto del Sahara y será del tamaño de la ciudad capital del país (Rabat) para cuando se termine en 2018 y proporcionará electricidad para 1.1 millones de personas.
Noor 1, la primera sección de la planta en la ciudad de Ouarzazate, proporciona 160 megavatios (MW) de la capacidad máxima de 580MW, ayudando a Marruecos a ahorrar cientos de miles de toneladas de emisiones de carbono por año.
El Rey Mohammed VI sentará las bases para Noor 2, la siguiente etapa del complejo solar. Después de que se encienda, la planta le proporcionará electricidad solar desde el amanecer hasta tres horas después de la puesta del sol a 650,000 locales.
“Es un proyecto muy importante en África”, dijo Mafalda Duarte, directora de Climate Investment Funds (CIF), que aportó $435 millones de los $9,000 mil millones del proyecto. “Marruecos está mostrando un liderazgo real y reduciendo el costo de la tecnología en el proceso”.
El país del norte de África planea generar el 42% de su energía a partir de energías renovables en 2020, con un tercio de ese total procedente de energía solar, eólica e hidroeléctrica. Marruecos espera utilizar la próxima Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático como el trampolín para un plan aún más ambicioso de abastecer el 52% de su energía de fuentes renovables para el 2030.
Esta medida tendría repercusiones regionales. El CIF estima que si los bancos y gobiernos internacionales desplegaran otros 5GW de energía solar, los costos de producción de electricidad podrían caer un 14%. La ampliación de hasta 15GW reduciría los costos en un 44%.
Se invirtieron unos $3,900 mil millones en el complejo solar de Ouarzazate, incluidos $1 billón del banco de inversión alemán KFW, $596 millones del Banco Europeo de Inversiones y $400 millones del Banco Mundial.
Si se realizan los sueños de sus arquitectos, la energía resultante podría ser exportada hacia Europa y hacia La Meca, además de proporcionar una fuente segura de energía en el hogar.
“Marruecos sabía que su demanda de electricidad estaba creciendo al 7% al año y que dependían de las importaciones para el 97% de esa energía”, dijo Duarte. “Tenían la visión de promover las energías renovables en un momento en que los precios del petróleo eran altos y ellos emprendieron reformas regulatorias, establecieron instituciones y han hecho un gran trabajo”.
Este texto apareció originalmente en TheGuardian, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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