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Científicos británicos dicen que han desarrollado un modelo que puede predecir brotes de enfermedades zoonóticas como ébola y zika, basándose en el cambio climático.
Describiendo su modelo como “una mejora importante en nuestra comprensión de la propagación de las enfermedades de los animales a las personas”, los investigadores dijeron que podría ayudar a los gobiernos a prepararse y responder a brotes de enfermedades. Al igual que para tener en cuenta su riesgo al hacer políticas que puedan afectar el ambiente.
“Nuestro modelo puede ayudar a los responsables de la toma de decisiones a evaluar el impacto de cualquier intervención o cambio en las políticas gubernamentales nacionales o internacionales, como la conversión de pastizales en tierras agrícolas”, dijo Kate Jones, profesora que co-lideró el estudio en el departamento de genética, evolución y medio ambiente de la Universidad de Londres.
Alrededor del 60% al 75% de las enfermedades infecciosas emergen de los “eventos zoonóticos”, que ocurre cuando las enfermedades de los animales son transmitidas al hombre por contacto directo con el animal enfermo o mediante los mosquitos u otros insectos. Se sabe que los murciélagos portan muchos virus zoonóticos. Los virus del ébola y zika se originaron en animales salvajes, al igual que la fiebre del Valle del Rift y la fiebre de Lassa que ya afectan a miles y se prevé que se dispersen con factores ambientales cambiantes.
Jones utilizó la localización de 408 focos de fiebre de Lassa en África Occidental entre 1967 y 2012 y analizó los cambios en el uso de la tierra, el rendimiento de los cultivos, la temperatura, las precipitaciones, el comportamiento y el acceso a la atención médica. También identificaron la subespecie de la rata común africana que transmite el virus Lassa a los seres humanos, para mapear su ubicación frente a factores ecológicos. El modelo se desarrolló a partir de esta información junto con las previsiones del cambio climático, la densidad de población futura y el cambio en el uso de la tierra.
“Nos permite calcular cuán a menudo es probable que la gente entre en contacto con animales portadores de enfermedades y el riesgo de que el virus se derrame”, dijo David Redding, que también co-dirigió el estudio.
El equipo probó su modelo basándose en la fiebre de Lassa y encontró que el número de personas infectadas se duplicará a 406,000 (de unas 195,000) en 2070 debido al cambio climático y al factor de crecimiento poblacional.
Este texto apareció originalmente en Climate Central, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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