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Las comunes bolsas de plástico son uno de los peores enemigos del medio ambiente, las vemos todos los días pero pocos conocen el gran problema que provocan.
En varios comercios españoles las bolsas plásticos se cobran a los clientes, para desincentivar su consumo. Sin embargo en negocios pequeños como las farmacias, librerías, gasolineras y panaderías aún se entregan de forma gratuita a los clientes. Se considera que las bolsas de estos lugares son ligeras y por ello no son vistas de mala manera y es común verlas en España y otros países europeos. Pero por su tamaño son muy pocas veces reutilizadas, convirtiéndose en desecho luego de pocos minutos de haber sido usadas. Estas bolsas tardan un aproximado de 50 años en desintegrarse, lo cual varía según las temperaturas del clima y luz.
La semana pasada el Gobierno de España presentó un proyecto de Real Decreto para la implementación de la Directiva Europea, que obligará a tomar medidas para limitar el uso de las bolsas de plástico ligeras que no son biodegradables.
La meta es que para el 31 de diciembre de 2019, el consumo de bolsas ligeras no supere las 90 unidades por persona al año y que para el 2025 el consumo sea de 40 bolsas por persona al año. Para poder cumplir este objetivo desde el 2018 las bolsas dejarán de ser gratuitas y se estará cobrando por ellas un precio que puede que varíe entre 5 céntimos y 30 céntimos, dependiendo del tipo de bolsa que sea.
En otros países se han tomado medidas más drásticas para poder deshacerse de las bolsas, como la prohibición total de ellas.
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