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Las frases como “el lago se muere” se quedan cortas al observar entre ayer y hoy cómo el Lago de Amatitlán es convertido de nuevo y en pocos días en un gigantesco basurero flotante al recibir aproximadamente 2 mil 400 metros cúbicos de basura, arrastrados por el agua de lluvia que llega a los ríos.
Desde este martes hay maquinaria y personal de la institución trabajando a todo vapor en la operación que persigue sacar del lago más de los 2 mil 400 metros cúbicos de plásticos, llantas y todo objeto que llega por flotación –equivalente a no menos de 200 camiones de basura– para llevarla al relleno sanitario.
Balcárcel refirió que el Artículo 68 del Código Municipal determina la obligatoriedad de las corporaciones edilicias a aplicarlo e imponer multas a quienes la lanzan en la vía pública o sitios no autorizados, desafortunadamente todavía no se cuenta con regulaciones más estrictas.
AMSA posteó en redes sociales que “Otra lluvia y toneladas de basura vuelven a contaminar nuestro lago de Amatitlán. NO tires basura en la calle”, pero la deficiente cultura de limpieza entre muchos pobladores impide que esta clase de consignas cale a profundidad y se cumpla.
Este texto apareció originalmente en el diario elPeriódico, puedes encontrar el original aquí.
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