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Los enemigos del Acuerdo de París han ganado ventaja en el debate que se realiza en la Casa Blanca sobre si los Estados Unidos deben retirarse del pacto histórico, según los participantes en las discusiones y los que informaron sobre las deliberaciones.
Los altos funcionarios de la administración se han reunido dos veces desde la semana paasada para discutir si los Estados Unidos deberían abandonar el acuerdo de la ONU firmado en 2015, bajo el cual la administración Obama se comprometió a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 26%.
Los asesores del presidente Trump siguen divididos sobre las implicaciones legales internacionales e internas de permanecer en el acuerdo, lo que ha proporcionado una apertura para aquellos que buscan una salida. En este momento los funcionarios están considerando si los Estados Unidos deben permanecer en el acuerdo, pero renegociarlo de alguna forma, u optar por rechazarlo totalmente.
Incluso si Trump decide abandonar el acuerdo, que no es un tratado y por lo tanto no ha sido ratificado por el Senado, puede tomar tres años para que Estados Unidos se retire formalmente de él.
La semana pasada, varios miembros del gabinete, entre ellos el Administrador de la Agencia de Protección Ambiental Scott Pruitt, quien está llamando a abandonar el acuerdo; El secretario de Energía, Rick Perry, que quiere que sea renegociado; Y el secretario de Estado Rex Tillerson, quien defiende seguir siendo una de sus partes, se reunieron con asesores de la Casa Blanca, entre ellos la hija de Trump Ivanka Trump y su esposo Jared Kushner y el jefe de gabinete Reince Priebus. Tanto Ivanka Trump como Kushner abogan por seguir formando parte de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, a pesar de que el presidente ha criticado repetidamente el acuerdo sobre calentamiento global.
Durante la reunión, de acuerdo con varias personas que hablaron a Washington Post, en las deliberaciones internas el abogado de la Casa Blanca, Don McGahn, informó a los participantes que Estados Unidos no podría permanecer en el acuerdo y reducir el nivel de los recortes de carbono para 2025.
La administración de Trump está trabajando para desentrañar muchas políticas de la era de Obama que respaldan esa promesa. La firma de consultoría económica Rhodium Group ha estimado que la eliminación de esas políticas significaría que Estados Unidos reduciría sus emisiones en un 14 por ciento para 2025 comparado con 21 por ciento si permanecieran en él.
“Al final, el Presidente Trump tomará la decisión, sin importar donde terminen las conversaciones del personal”, dijo Thomas J. Pyle, quien dirige el Instituto de Investigación Energética y dirigió el equipo de transición de Trump para el Departamento de Energía. “El lobby ambiental va a causar problemas de litigios en casi todos los aspectos de la agenda energética y ambiental del presidente Trump, independientemente de que la administración permanezca en el acuerdo de París.”
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