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China y el estado de California han firmado un acuerdo para trabajar juntos en la reducción de las emisiones, ya que el gobernador del estado advirtió que “el desastre aún se avecina” sin una acción urgente sobre el cambio climático.
El gobernador de California, Jerry Brown, habló con periodistas en una conferencia internacional sobre energía limpia en Pekín acerca de la decisión del presidente Donald Trump de retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París, diciendo que en última instancia resultaría ser sólo un retroceso temporal.
Brown dijo que China, los países europeos y los estados por individual de Estados Unidos, llenarían la brecha dejada por la decisión del gobierno federal de renunciar al liderazgo en el asunto.
“Nadie puede permanecer al margen. No podemos permitirnos abandonar el tremendo reto humano para hacer la transición hacia un futuro sostenible”, dijo Brown. “El desastre todavía se avecina y tenemos que darle vuelta al asunto”.
El gobernador realizó una reunión a puerta cerrada con el presidente chino, Xi Jinping, durante la cual los dos se comprometieron a expandir el comercio entre California y China con énfasis en tecnología verde.
“Xi habló en términos muy positivos”, dijo Brown a periodistas después de la reunión. “No creo que haya ningún deseo de entrar en batallas verbales con el presidente Trump”.
La decisión de Trump atrajo fuertes críticas dentro de los Estados Unidos e internacionalmente, incluso en China, que se volvió a comprometer con el acuerdo forjado con la administración del ex presidente estadounidense Barack Obama. En su declaración, el presidente Trump argumentó que el Acuerdo de París favorecía a economías emergentes como China y la India a costa de los trabajadores estadounidenses.
Brown firmó acuerdos de colaboración con el Ministerio de Ciencia y Tecnología de China y con líderes en dos provincias chinas, Jiangsu y Sichuan.
Al igual que en el Acuerdo de París, los acuerdos no son vinculantes. Piden inversiones en fuentes de energía bajas en carbono, cooperación en investigación climática y la comercialización de tecnología más limpia. Los acuerdos no establecen nuevos objetivos de reducción de emisiones.
China es, por mucho, el mayor consumidor de carbón en el mundo, representa casi dos tercios de su consumo de energía y lo ha convertido en el principal emisor de gases de efecto invernadero que cambian el clima.
Los líderes del partido comunista prometieron que las emisiones de gases de efecto invernadero no alcanzarán su nivel máximo en 2030 bajo el pacto de París y comenzarán a caer después de eso. Han cancelado la construcción prevista de más de 100 nuevas centrales eléctricas a carbón y planean invertir al menos $360 mil millones en proyectos de energía verde para finales de la década.
Este texto apareció originalmente en The Guardian, puedes encontrar el original en inglés aquí.
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