Suscríbete
La cumbre del G20 en Hamburgo (Alemania) es la primera reunión diplomática de alto nivel de todos los mayores emisores de gases de efecto invernadero desde el anuncio de Trump. La canciller alemana Angela Merkel, la anfitriona, se ha comprometido a poner el cambio climático en la agenda.
“No podemos esperar hasta que cada persona en la Tierra haya sido convencida por la prueba científica”, dijo Merkel en un discurso.
A pesar de que una serie de temas polémicos: comercio, migración, las ambiciones nucleares de Corea del Norte y la relación tensa entre los EE. UU. y Rusia, Merkel ha garantizado que la reunión incluirá una prueba de fuego sobre la fortaleza del clima.
Después de que asumió su presidencia de un año del G20 en diciembre, ella estableció un grupo de trabajo de sostenibilidad que ha desarrollado un plan detallado de políticas para que las naciones reduzcan las emisiones de carbono. Ese plan de acción del G20 estará ante el grupo en Hamburgo. En conjunto, los países del G20 son responsables del 80% de la contaminación mundial de los gases de efecto invernadero.
Los primeros borradores del documento se refieren a toda la gama de medidas que el G20 ha estado discutiendo durante años: aumentar la energía renovable, compartir tecnología de energía limpia, poner fin a los subsidios a los combustibles fósiles y ayudar a los países en desarrollo a través del Fondo Verde para el Clima. El documento final, que aún se está negociando, también podría incluir un respaldo de las recientes recomendaciones de un grupo de trabajo del G20 encabezado por el ex alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, sobre cómo aumentar la divulgación corporativa sobre la exposición a los riesgos climáticos.
Dependiendo cuántas naciones firmen el documento Plan de Acción del G20 sobre el Clima y la Energía para el Crecimiento, indicará qué tan determinados están los países para cumplir la promesa del Acuerdo de París en la era de Trump. Si no se aprueba un plan de acción climático independiente, también sería una declaración de que Estados Unidos ha afectado la unidad en la acción climática global.
“Creo que el papel del G20 en el cambio climático es muy diferente ahora de lo que era, dada la administración estadounidense que está en el poder”, dijo Robert Stavins, director del programa de economía ambiental de la Universidad de Harvard. “Está en una posición en la que ahora es importante para el G20 o para el G19, reafirmar su propio respaldo al Acuerdo Climático de París y su intención de seguir adelante“.
El G20, con su enfoque histórico en temas económicos globales, en el pasado desempeñó un papel secundario en el clima. Mientras que las conversaciones, desarrolladas en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, fueron encaminadas a lograr un acuerdo global, el G20 abordó las cuestiones climáticas relacionadas con la financiación y la estabilidad económica.
Más notablemente, en la cumbre de Pittsburgh (Estados Unidos) en 2009, el G20 se comprometió a eliminar los subsidios nacionales de combustibles fósiles, declarándolos ineficientes, además de perjudiciales para el medio ambiente. Sin embargo, los países han hecho poco para ponerle fin a las deducciones fiscales para las empresas de petróleo y carbón o el apoyo del gobierno que mantiene la gasolina y la energía de combustibles fósiles barata para los consumidores en muchos países. Muchos habían esperado que las naciones fijaran un calendario para eliminar tales subsidios en la cumbre de Hamburgo.
Un portavoz del Departamento de Estado remitió preguntas sobre la posición de la administración a la Casa Blanca, señalando que el Consejo Económico Nacional estaba tomando la iniciativa en las negociaciones del G20. La Casa Blanca no respondió a una solicitud de comentarios. El consejo está encabezado por Gary Cohn, ex presidente y director de operaciones de Goldman Sachs, y el negociador principal de su equipo es Everett Eisenstat, un ex asesor republicano líder en asuntos comerciales para el Comité de Finanzas del Senado.
Algunos observadores creen que entre el grupo más grande de las principales economías, que incluye a China y los otros grandes productores y consumidores de combustibles fósiles, puede haber poco interés para alinearse con Washington (EE. UU.) en relación con el cambio climático.
“Otros países no quieren aislar a los Estados Unidos de la manera que el G7 estaba dispuesto a hacer para hacer una declaración”, dijo Sarah Ladislaw, directora del programa de energía y seguridad del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Ladislaw piensa que sería posible para los líderes del G20 elaborar un texto con un lenguaje extremadamente amplio sobre la sostenibilidad y la cooperación ambiental que Trump pueda firmar para el comunicado final, sin señalar una línea sobre el Acuerdo de París. Un borrador obtenido por Reuters, muestra que los líderes mundiales reconocen el aislamiento de los Estados Unidos al oponerse al Acuerdo Climático de París y acordaron la colaboración para reducir las emisiones a través de la innovación. Si ese es el enfoque final del comunicado, se pondrá más énfasis en si los otros líderes del G20 firmarán un plan de acción separado para el clima y la energía.
“Esta es una situación política extremadamente delicada, y no sabemos cuál será el resultado”, dijo Lutz Weischer, jefe de equipo para la política climática internacional de la organización no gubernamental Germanwatch. “No estamos seguros de que será una fuerte señal de 19 partidos“.
Weischer dijo que hubo apoyo para el borrador en mayo entre 19 de los principales negociadores. Pero desde entonces, él y otros observadores cercanos del proceso han visto señales de que Arabia Saudita ha retrocedido, mientras que otras naciones se mantienen en silencio. Trump ha tratado de forjar lazos más fuertes con Arabia Saudita. También, como punto principal en su agenda energética, está la venta de gas natural estadounidense a la Unión Europea. Él habló de un compromiso a largo plazo sobre las importaciones de gas natural en su reunión con el líder polaco Andrzej Duda en camino hacia la cumbre del G20. No está claro cómo la campaña de los Estados Unidos para vender gas natural, y la necesidad de Europa para la seguridad de otro proveedor además de Rusia, complicarán las discusiones sobre el cambio climático.
Andrew Light, investigador del programa mundial sobre el clima en el Instituto de Recursos Mundiales, quien trabajó como negociador del clima en la administración de Obama, dijo que duda de que las otras naciones del G20 enmienden el documento de hoja de ruta para enfrentar las objeciones de Estados Unidos. Incluso aquellos que podrían haber estado dispuestos a considerar la posibilidad de negociar, habrían sido postergados por las recientes declaraciones de Trump de que está considerando grandes aranceles sobre el acero y otros bienes importados, explicó.
Suscríbete a nuestro boletín
Lo más importante en tu buzón cada semana