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Según un estudio publicado en Nature Climate Change, el cambio climático podría “ahogar” partes del planeta. Los cambios globales en temperatura y precipitación pueden crear bolsas de dos contaminantes del aire, ozono y partículas finas, alrededor de áreas pobladas.
En un escenario normal, la consecuencia sería 60,000 muertes extra anuales para 2030 y más de 250,000 muertes al año para el año 2100. La investigación ofrece una idea de qué lugares podrían ver el mayor beneficio al frenar el cambio climático.
El ozono no es emitido directamente por automóviles o centrales eléctricas, sino que se forma cuando los contaminantes artificiales, como los óxidos de nitrógeno (NOx), reaccionan con otros productos químicos en el aire.
“Las tasas de esas reacciones son más rápidas con las temperaturas más calientes y más luz solar”, dijo J. Jason West, ingeniero medioambiental de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill (Estados Unidos), quien dirigió el estudio. “Así como el cambio climático, esperamos que el ozono se forme rápido”.
Las lluvias poco frecuentes se vuelven un problema para el futuro porque así se eliminan los contaminantes. Por lo tanto, en lugares que se volverán más secos, el equipo de West espera más contaminación.
La temperatura y el cambio climático también pueden elevar las emisiones contaminantes de los árboles. “Los árboles emiten compuestos orgánicos que reaccionan en la atmósfera para formar ozono y materia de partículas”, dijo West. “Por el cambio climático, esperamos que los árboles liberen muchos contaminantes más”.
La mortalidad en los Estados Unidos vería un aumento anual de 8,000 personas para 2030 y 19,000 para 2100, principalmente en la costa este debido a los cambios en la temperatura y las lluvias.
Se prevé que Asia oriental y la India experimentarán el mayor salto en las muertes causadas por la contaminación atmosférica provocada por el clima. África, en un sentido, no será afectada por esta faceta del cambio climático, porque el aumento de las precipitaciones hará que la contaminación del aire baje, dijo West.
Esta carga de mortalidad, estudiada por el equipo de West, se limita a la contaminación del aire. Los picos en las olas de calor mortal podrían amenazar el 75% del globo en 2100, mientras que el calentamiento global ya está reforzando las tormentas severas. El número de tormentas en los Estados Unidos que resultaron en por lo menos mil millones de dólares en daños y perjuicios ha aumentado constantemente desde 1980.
West y sus colegas predicen que estos impactos negativos sobre la mortalidad global y regional podrían prevenirse reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.
En un trabajo previo, su equipo encontró que hasta 700,000 vidas se podrían salvar anualmente para 2030 si los seres humanos limitan su producción de contaminantes del aire, incluyendo gases de efecto invernadero.
Este texto apareció originalmente en Public Broadcasting Service (PBS), puedes encontrar el original en inglés aquí.
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