Suscríbete
Según un nuevo estudio, publicado en la revista Climate Policy, los esfuerzos para la reducción de carbono en los Estados Unidos pueden ser más resistentes a las políticas de administración del presidente Donald Trump. A pesar del retroceso a gran escala de las políticas ambientales, específicamente por la retirada del presidente del Acuerdo de París, las emisiones estadounidenses probablemente no se alterarán en los próximos años.
Los investigadores de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (Estados Unidos) sostienen que las fuerzas del mercado probablemente reforzarán la expansión de la energía limpia y otros esfuerzos de reducción de emisiones, particularmente en el sector eléctrico, en contra de los cambios en la política federal.
En el documento se estima que para 2050 un solo término del presidente Trump podría llevar a la liberación de 12 mil millones más de toneladas métricas de dióxido de carbono de lo que habría sido emitido bajo el plan a largo plazo de la administración de Barack Obama para reducir las emisiones; se dio a conocer en una propuesta detallada conocida como Mid-Century Strategy for Deep Decarbonization. Si Trump es elegido para un segundo mandato, sus políticas permitirían la liberación de 20 mil millones de toneladas métricas adicionales de dióxido de carbono. Eso equivale a más de la mitad de un año de emisiones de carbono en todo el mundo.
La propuesta tenía como objetivo reducir las emisiones de los Estados Unidos a un 80% por debajo de los niveles de 2005 para el año 2050. El plan estaba destinado a construir un objetivo a corto plazo para reducir las emisiones de los Estados Unidos de un 26% a un 28% por debajo de los niveles de 2005 para el año 2025.
Esto significa que si las emisiones permanecen “planas” bajo la administración de Trump, cualquier administración posterior que desee alcanzar los mismos objetivos climáticos descritos en la propuesta de la era de Obama, tendría que introducir políticas que reduzcan las emisiones de carbono a un ritmo aún más rápido que ese plan.
“Los autores hacen un buen argumento para explicar por qué es probable que las emisiones estadounidenses permanezcan planas bajo el mandato de Trump”, dijo Marc Hafstead, economista ambiental e investigador de la organización sin fines de lucro Resources for the Future, que no participó en el análisis. “Si bien las políticas del gobierno evitarán nuevas reducciones de las emisiones en los próximos cuatro a ocho años, las fuerzas del mercado y las políticas estatales agresivas (California, por ejemplo) hacen igualmente improbable que las emisiones aumenten a corto plazo”.
Se examinaron cinco sectores que contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero: electricidad, uso de la tierra, infraestructura, transporte y emisiones de metano, para analizar la vulnerabilidad de los cambios en las políticas climáticas federales. Ellos encontraron que el sector eléctrico es probablemente el más estable.
A pesar de las repetidas promesas de la administración Trump de revitalizar la declinante industria del carbón, la expansión del gas natural, la energía renovable y la solar, es probable que impidan que suceda, señalan los autores.
Trump ha amenazado con recortar fondos para programas federales de eficiencia energética para edificios y electrodomésticos, pero esas medidas necesitarían aprobación del Congreso. El informe señala que el consumo total de energía de los edificios en los sectores residencial, comercial e industrial ha permanecido en gran medida plano durante la última década y es poco probable que cambie sin una gran acción federal.
En cuanto al sector del transporte, los autores señalan un riesgo en que la administración de Trump pueda intentar revisar o derribar los estándares de economía de combustible para los vehículos de la era Obama. El Congreso controlado por los republicanos también podría apuntar al estándar federal de combustible renovable, que requiere que la gasolina contenga ciertos porcentajes de biocombustible. Ambas medidas podrían conducir a un modesto aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Es difícil imaginar que podrían hacer grandes cosas, al menos en la infraestructura vial, sin revisar quizás un aumento en los impuestos a la gasolina”, dijo Harrison Fell, un economista ambiental en el estado de Nueva York y uno de los autores. Un impuesto sobre la gasolina podría motivar a la gente a comprar más vehículos de bajo consumo y conducir menos, dijo, reduciendo las emisiones del sector de transporte.
Cumplir con los objetivos del gobierno de Obama habría requerido una reducción anual de las emisiones de al menos 117 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono a partir de 2017. Después de un período de cuatro años de la administración de Trump, y asumiendo otro retraso de dos años para las políticas de la próxima administración, alcanzar las mismas metas para 2050 requeriría una reducción anual de 142 millones de toneladas métricas. Si Trump continúa esas políticas para un segundo mandato, los Estados Unidos necesitarían una reducción anual de 165 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono bajo la estrategia de la era de Obama.
En otras palabras, mientras más tiempo se detenga la acción federal sobre el clima, las futuras administraciones tendrán más trabajo para cumplir esas metas de 2050. Los autores señalan que “incluso una pausa en la trayectoria de emisiones, aumenta el riesgo asociado con los impactos climáticos inciertos”.
Este texto apareció originalmente en The Washington Post, puedes encontrar el original en inglés aquí.
Suscríbete a nuestro boletín
Lo más importante en tu buzón cada semana